2025 AZA. 09 KIROLA La influencia de las lesiones de tobillo en las de rodilla (Getty) Jon Urzelai Garrido / Salto Training {{^data.noClicksRemaining}} Artikulu hau irakurtzeko erregistratu doan edo harpidetu Dagoeneko erregistratuta edo harpideduna? Saioa hasi ERREGISTRATU IRAKURTZEKO {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Klikik gabe gelditu zara Harpidetu {{/data.noClicksRemaining}} Las lesiones de tobillo son comunes y en muchos casos no se les concede la importancia suficiente, considerándolas lesiones aisladas. En particular, crece el interés científico por comprender cómo una lesión de tobillo puede estar asociada a lesiones en articulaciones proximales como la rodilla. Un estudio longitudinal realizado en población militar encontró que, tras un esguince de tobillo, alrededor del 10,1% de las personas desarrolló lesiones de rodilla durante el año siguiente. Además, la misma investigación evidencia que hacer ejercicio terapéutico tras el esguince reduce la probabilidad de que aparezca una lesión en la rodilla. Esto sugiere que el tobillo no actúa solo como estructura distal, sino que tiene un papel clave en la cadena cinética del miembro inferior, y que una disfunción distal puede transferir cargas o alterar patrones de movimiento también en la rodilla. Otro trabajo relevante es la revisión sistemática titulada “Relationship between low ankle mobility and knee injuries” (2023), que reúne varias investigaciones que muestran que la movilidad reducida del tobillo está asociada con mayor riesgo de lesiones en la rodilla. Esta revisión menciona que, cuando la dorsiflexión del tobillo está limitada, por ejemplo, durante la marcha o actividades deportivas con saltos o cambios de dirección, la rodilla sufre mayores fuerzas de compresión, lo que puede aumentar el riesgo de esguinces, lesiones de ligamento cruzado anterior o dolor patelofemoral. Un tercer punto lo aporta la literatura sobre inestabilidad crónica de tobillo (CAI, por sus siglas en inglés), donde se encuentran alteraciones biomecánicas y neuromusculares que no solo afectan al tobillo, sino también a rodilla y cadera. Por ejemplo, en personas con CAI se observa disminución del ángulo de flexión de rodilla al aterrizar tras salto, lo que reduce la capacidad de amortiguación y puede sobrecargar estructuras articulares de la rodilla. La evidencia reciente indica que las lesiones de tobillo -y su secuela, como la movilidad limitada o la inestabilidad crónica- no deben considerarse independientes de la salud de la rodilla. Existe una relación clara: un esguince de tobillo puede aumentar la probabilidad de lesión en rodilla, mientras que una rehabilitación adecuada puede mitigar ese riesgo.