2025 AZA. 09 Lanthimos o el fin de la ironía Yorgos Lanthimos asistió al estreno de «Bugonia» el pasado 21 de octubre en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, película que pasó por el Festival de Venecia. (Michael LoccisanoWireImage | Getty Images) Mariona Borrull {{^data.noClicksRemaining}} Artikulu hau irakurtzeko erregistratu doan edo harpidetu Dagoeneko erregistratuta edo harpideduna? Saioa hasi ERREGISTRATU IRAKURTZEKO {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Klikik gabe gelditu zara Harpidetu {{/data.noClicksRemaining}} Yorgos Lanthimos ha anunciado que, después de “Pobres criaturas”, “Kinds of Kindness” y “Bugonia”, se dispone a tomar un descanso. Así, pone en pausa los guiones de sus dos próximos filmes, adaptaciones de “Fatal”, de Jean-Patrick Manchette (un noir desde los ojos de una mujer fatal), y de “Mi año de descanso y relajación”, de Ottessa Moshfegh. La noticia no resulta excepcional: el propio Lanthimos se mantuvo apartado del cine durante los cinco años posteriores a “La favorita” (2018) por otro episodio de burn-out. Entre la fábula y la obra de cámara, sus películas han sido termómetro del clima sociopolítico más que lo han marcado y el director parece contento con un reparto fijo, lejos del romper de las olas de las nuevas estrellas. Por lo tanto -y siempre más allá de que una película es solo eso, entretenimiento-, no hay urgencia alguna por su regreso. Lo que sí urge es un profundo lavado de cara para el cineasta. El primer Yorgos Lanthimos, desde “Canino” (2009) a “El sacrificio de un ciervo sagrado” (2017), era el titiritero serio de un reparto de guiñoles regurgitados por un mundo totalmente frío. Con “La favorita” (2018), el realizador abre por primera vez la puerta a la ironía, mofándose a carcajadas de las jugarretas que propensa entre todos sus personajes. “‘La favorita” consolida al griego como un icono pop perfectamente acomodado con las dinámicas de Twitter. Aun con el ligero retraso que el cine tiene para con los ciclos del discurso de internet, el cambio de registro de Lanthimos llega en un momento idóneo: al exceso de gravedad, lo sigue la burla. 2018 es el año de “El reino”, “Hereditary” o “Perdona que te moleste” y en redes pasamos de la era clásica de los memes a la era dank, cuando estas imágenes dejaron de solo señalar ideas peculiares y empezaron a ser el arma arrojadiza de la derecha (y sus bots, y sus niños-rata) para copar el foro de chistes. De la última trilogía de Lanthimos: “Pobres criaturas” es la única intentona del griego a empoderar a su protagonista, también la más popular de las tres. “Kinds of Kindness”, con sus dosis de crueldad en tres horas de metraje, era una tortura para todo el mundo, dentro y fuera de la pantalla, y fue recibida con mucho menos entusiasmo. “Bugonia” también apuesta por hacer steak tartar de su tándem protagonista y pasó sin pena ni gloria en el Festival de Venecia. ¿Nos hemos cansado de la mala baba de Yorgos Lanthimos? Internet ha abandonado ya su etapa de ironía y post-ironía, y está revalorizando lo genuino. Timothée Chalamet admitió en los Premios SAG que aspira a ser uno de los grandes, Ariana Grande y Cynthia Erivo han pasado toda la campaña de “Wicked” enfatizando su emoción verdadera por el papel. Que hoy el griego apueste por adaptar la aridez de Ottessa Moshfegh… Parece cosa de otro tiempo.