2025 AZA. 16 PANORAMIKA Legado «Anatomía del espacio», la exposición sobre la obra pictórica de Maria Helena Vieira da Silva que se puede ver en el Museo Guggenheim de Bilbo, abarca medio siglo de las creaciones de la pintora portuguesa. (Oskar Matxin Edesa | FOKU) Iker Fidalgo {{^data.noClicksRemaining}} Artikulu hau irakurtzeko erregistratu doan edo harpidetu Dagoeneko erregistratuta edo harpideduna? Saioa hasi ERREGISTRATU IRAKURTZEKO {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Klikik gabe gelditu zara Harpidetu {{/data.noClicksRemaining}} A mediados del pasado octubre, el Museo Guggenheim de Bilbo inauguró una interesante exposición que pone en valor la figura de la pintora Maria Helena Vieira da Silva (Lisboa, 1908-París 1992). La vida de nuestra protagonista se une a la historia de la institución gracias a una muestra en la que la artista participó a mediados del siglo pasado en la galería de Peggy Guggenheim en Nueva York. “Anatomía del espacio”, título de la muestra que podrá visitarse hasta finales del mes de febrero del año próximo, propone un recorrido por medio siglo de producción pictórica. Las piezas que se presentan abarcan desde 1930, coincidiendo prácticamente con su traslado a París y hasta 1980, siendo ya una creadora experimentada y consolidada en el panorama artístico de su generación. Su biografía, marcada también por su periodo de exilio en Brasil durante la Segunda Guerra Mundial, es sin duda un rasgo definitorio en su devenir creativo. La obra de Vieira da Silva está vinculada a la Segunda Escuela de París, un nombre utilizado para referirse a la segunda etapa del gran hervidero artístico que supuso la capital del Estado francés durante el periodo de entreguerras y el acontecer de las vanguardias históricas en Occidente. La exposición “Anatomía del espacio” arranca precisamente con su llegada a París. A partir de ahí comenzaría a evolucionar, así como lo harían sus intereses y campos de investigación. Durante el desarrollo de su trabajo se observa una destacable relación entre lo figurativo y lo abstracto. Obras que remiten a representaciones reconocibles junto con atmósferas o composiciones de corte casi geométrico y espacial. Los límites entre ambas quedan desdibujados. Se difuminan los motivos a representar como si nos llevara hacia un plano más onírico, a veces con un dinamismo propio de la pintura de vanguardia y con una ejecución certera pero sin abandonar lo intuitivo. Entre su autorretrato, datado en 1930, hasta las pinturas en las que se alude a la arquitectura y al interés por la representación urbana, encontramos una carrera plagada de puntos de interés y aportaciones a su propio presente que le valieron el reconocimiento de pintora portuguesa más importante del siglo XX. La exposición que hoy nos ocupa pone en valor la vida y la dedicación de una artista tremendamente relevante en el devenir del arte del siglo pasado. Por otro lado, responde a una necesidad de seguir asumiendo, por parte de instituciones, centros, programas y convocatorias, la visibilización del trabajo y el legado de mujeres artistas que, salvo en raras ocasiones, siempre han quedado relegadas a planos de visibilidad mucho menos accesibles y relevantes. Sirva entonces “Anatomía del espacio” como una entrada al universo de Maria Helena Vieira da Silva.