2025 ABEN. 28 PSICOLOGÍA Esto se acaba (Getty Images) Igor Fernández {{^data.noClicksRemaining}} Artikulu hau irakurtzeko erregistratu doan edo harpidetu Dagoeneko erregistratuta edo harpideduna? Saioa hasi ERREGISTRATU IRAKURTZEKO {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Klikik gabe gelditu zara Harpidetu {{/data.noClicksRemaining}} El tiempo pasa a toda velocidad y el año da sus últimos pasitos. Haya pasado lo que haya pasado este tiempo, ya se acaba. O, al menos, si usamos este momento para poner un hito, una puerta, una línea o la imagen que queramos usar para hacer un antes y un después. Un año que acaba no es más que otro año, y uno que empieza no tiene ninguna diferencia con el anterior. Sin embargo, pensar en segmentos de vida nos puede ser de ayuda. En la naturaleza las estaciones marcan -o al menos hasta ahora lo hacían- el desarrollo de la vida, sus ritmos y tareas; para nosotros, en cambio, es más el calendario o el reloj, los plazos y los periodos de trabajo o vacaciones. Sea como fuere, tener un marco de referencia temporal permite gestionar los esfuerzos que dedicamos a unas tareas concretas, y dotarnos de una previsión que nos permite planificar qué hacer con el tiempo que tenemos hasta llegar a ese punto y así fraccionar lo grande en pequeño. Si la tarea es ingente, si nos estamos enfrentando a algo muy superior a nuestras fuerzas, tener una referencia de tiempo se puede convertir en algo muy relevante; pensar a corto plazo, esforzarnos hasta cierto punto o anticipar la vida con un horizonte concreto nos permite medir las fuerzas que quizá no tendríamos si tratáramos de hacerlo todo de una. Incluso aunque, en la realidad de la vida, lo que nos pasa no atienda a nuestros marcos y simplemente continúe, psicológicamente ayuda porque limita las emociones desbordantes o las fantasías desbordantes y las ata a lo que pueda suceder aquí y ahora, en un periodo en el que sí podemos ver los resultados de lo que hagamos. En las enfermedades largas o graves esto es importante en lo que a caminar con la información actual se refiere, en lugar de dejar desplegar oscuras fantasías futuras. Frases como «no lo sé todavía» nos pueden servir para no entrar en pánico, limitando nuestra expansión fantasiosa hasta que podamos apoyarnos en una prueba o un examen relevantes. Tener un marco de referencia finito también nos ayuda a ser más conscientes de lo que nos pasa en ese periodo, y quizá disponernos a terminar de hacer lo que nos corresponda antes del final del mismo, o prepararnos para el siguiente, de forma que, cuando realmente llegue ese momento, algo ya se haya ido colocando internamente. No hay mal que cien años dure y, haya sido como haya sido este año, el próximo periodo de vida puede ser una oportunidad nueva para que algo se mueva en una dirección más ajustada a lo que deseamos; probablemente no mágicamente, sino empujado por nuestra voluntad, nuestra implicación y, por encima de todo, nuestro intento honesto de que sea así. Podemos conseguirlo o no, probablemente ambas, pero en los nuevos periodos por venir lo que sí podremos hacer es confiar en reiniciar nuestros esfuerzos y nuestra esperanza.