2016 EKA. 12 SORBURUA El estilo de Robinson TERESA MOLERES {{^data.noClicksRemaining}} Artikulu hau irakurtzeko erregistratu doan edo harpidetu Dagoeneko erregistratuta edo harpideduna? Saioa hasi ERREGISTRATU IRAKURTZEKO {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Klikik gabe gelditu zara Harpidetu {{/data.noClicksRemaining}} William Robinson (1838-1935) fue el precursor de la utilización de flores salvajes en los jardines ingleses durante la época victoriana. Comenzó de ayudante de jardinero de un barón irlandés y debido a su carácter, tras una disputa, fue despedido no sin antes destruir plantas muy valiosas. Más tarde, ya en Londres, llegó a ser jefe de jardineros del Regent's Park. Fue además periodista y autor de libros como “Wild Garden”, donde describe los fundamentos de sus ideas. Rico y famoso, en 1884 adquirió la propiedad Gravetye Manor en la campiña inglesa de Sussex, al Sur de Londres, donde puso en práctica los conocimientos descritos en sus libros. Actualmente en su jardín se sigue cultivando de acuerdo a la inspiración de su fundador: armonía de colores, bulbos naturalizados en la hierba, narcisos, lilis, anémonas y fritillarias, acompañados de perennes Asters y mostaza. También se podan los arbustos leñosos dejándolos casi transparentes para que no resulten pesados. Sin olvidar la utilización de plantas cobertoras, que no permiten suelos desnudos. Paseando por Gravetye Manor –entre los macizos florales en terrazas, a través de pérgolas con rosas y clemátides– y al atravesar una pradera florida, llegamos al sotobosque, que atrae por sus azaleas perfumadas. Nos llama la atención el macizo floral llamado “Ruido de espigas”, plantas con espigas que aportan dinamismo al conjunto. Está formado por lupinos clásicos, a los que acompañan viperinas granates (Echium russicum), una bianual espectacular. Se siembran en verano dejándolas que se dispersen y crezcan donde caigan para conseguir una escena natural. Los lupinos además casan muy bien con las digitales y ajos ornamentales. Las digitales, sembradas en verano, aparecerán espléndidas en primavera con una altura de 1,20 metros. Los ajos ornamentales, que forman bolas florales de un violeta vivo, aportan el contraste a las espigas. Cortando al ras, las inflorescencias marchitas de los lupinos volverán a florecer en otoño. En este jardín no se olvidan las plantas de huerto, ruibarbos rojos, patatas rojas, guisantes, espárragos y alcachofas. Una autentica simbiosis culinaria.