2016 ABU. 21 CINE «Kollektivet» MIKEL INSAUSTI {{^data.noClicksRemaining}} Artikulu hau irakurtzeko erregistratu doan edo harpidetu Dagoeneko erregistratuta edo harpideduna? Saioa hasi ERREGISTRATU IRAKURTZEKO {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Klikik gabe gelditu zara Harpidetu {{/data.noClicksRemaining}} La Berlinale fue testigo de la presentación de la última realización del cineasta danés Thomas Vinterberg, que será distribuida en nuestros cines como de costumbre por Golem con el título de “La comuna”. Desde que ganara el Premio Especial del Jurado en Cannes con “Celebración” (1998), Vinterberg ha sido uno de los autores que mejor ha sobrevivido al movimiento Dogma de Lars Von Trier, llevando una brillante carrera como representante de su país en los Óscar, no sin polémicas por los candentes tomas sociales que toca, como en las recientes “Submarino” (2010) y “La caza” (2012). El debate ha vuelto con “Kollektivet”, creando bastante división en torno al enfoque que se da del fracaso en el terreno práctico experimentado históricamente por las ideas sobre la convivencia comunal y asamblearia que sembró el Mayo del 68. Hay que tener en cuenta, de cualquier forma, que Vinterberg ofrece su visión autobiográfica, y por lo tanto subjetiva. Se crió en una comuna como hijo de pareja progresista, viviendo en ella desde los 7 hasta los 19 años. Cuando se trata este tipo de cuestiones, a la hora de sentarse en la butaca del cine, el público no ha de estar condicionado por juicios de valor preconcebidos. No van a faltar quienes se sientan sorprendidos porque la comuna de “Kollektivet” no se atenga al modelo hippy más extendido, y sorprenda por el alto nivel de vida de sus integrantes. Es a todas luces una visión aburguesada y nórdica, pero que en su funcionamiento interno si respeta a la asamblea como órgano decisivo, y así cada mañana los hombres y mujeres de la casa se reúnen para ponerse de acuerdo sobre los asuntos domésticos, desde los de relevancia económica hasta los más insignificantes. Para entender del tipo de colectividad de la que estamos hablando, basta con fijarse en la premisa argumental de la película sobre el nacimiento de la experiencia. El personaje de Ulrich Thomsen hereda de su padre a finales de los años 70 una propiedad en las afueras de Copenhague. La mansión, como sucede con todas las fincas de la alta burguesía, es demasiado grande para una familia normal, motivo por el que el nuevo propietario la quiere vender. Su mujer, que es una presentadora de televisión, que va de más liberal de lo que en realidad es, le propone compartir tan inabarcable hogar con más gente, a lo que él finalmente accede viendo las ventajas económicas que le va a suponer el repartir los gastos. Aunque en “Kollektivet” llama la atención el gran reparto coral compuesto por nombres del cine nórdico ya conocidos en todo el mundo, sobresale sobre el resto el trabajo interpretativo de Trine Dyrholm en el papel protagónico de la mujer del heredero, que fue recompensado en la Berlinale con el premio de Mejor Actriz, que tuvo el honor de recibir de manos de Meryl Streep. Ahora bien, su presencia es fundamental en la parte melodramática de la película, que ha sido la más discutida. Me refiero al triángulo amoroso que se establece, cuando él, que es profesor de arquitectura en la Universidad, inicia un romance con una de sus alumnas, y ella para sobreponerse a la situación la invita a mudarse a la comuna y probar con una relación abierta. Piensa, que igual que practican el nudismo sin complejos, podrá evitar los sentimientos posesivos. No tardará en darse cuenta de que del dicho al hecho hay un trecho. El rol de la otra es encarnado por Helene Reingaard Neumann, que en la vida real es pareja del director Thomas Vinterberg. Está claro que el cineasta se toma esta súbtrama con humor, pero choca con la que es la más dramática del conjunto, y que tiene que ver con la pareja formada por Anne Gryhenningsen y Magnus Millang, los cuales son padres de un niño de seis años enfermo, y al que los médicos apenas dan tres años más de vida. En definitiva, la conclusión pasa por que, pese a que Vintenberg titule su nueva propuesta “La comuna”, sigue hablando del tema preferente en su obra: el núcleo familiar.