7K - zazpika astekaria
SALUD

«Mindful eating»


Seguro que si lanzo la pregunta de si es usted consciente de lo que come, la respuesta casi mayoritaria sería: «Sí, claro». No obstante, si a esa cuestión le sigue lo siguiente: ¿Cuántos comen frente a la televisión, con la radio, con el móvil o con revistas o periódicos?, estoy segura de que la respuesta también generalizada sería que sí, que la mayoría lo hace.

Entonces permítanme decirles que no, que no siempre, o al menos no en el sentido estricto, son conscientes de lo que comen.

Cuando elegimos un alimento, normalmente sin pensarlo (o eso creemos), es porque queremos conseguir algún objetivo, bien sea físico –paliar el hambre u obtener nutrientes– o emocional –sentirnos mejor, ocupar el tiempo–.

Hay que tener en cuenta que, por un lado, estamos condicionados por los factores genéticos ya que cuando nacemos tenemos mecanismos innatos por los que nuestra apetencia por lo dulce está más desarrollada y tenemos cierta aversión a los sabores amargos. Estas preferencias de sabores, que van disminuyendo con la edad de forma fisiológica, se explican únicamente por el instinto de supervivencia. Además, tenemos una huella genética que proviene de las épocas de hambrunas donde la escasez de alimentos era brutal, y que nos predispone a acumular energía.

Por otro lado y casi con más peso que los factores genéticos, hay que valorar la influencia del entorno. La familia, los amigos y la sociedad juegan un papel esencial en nuestras elecciones alimentarias. Sin embargo, los más importantes son los factores intrínsecos tales como la sensación de hambre, el requerimiento de energía o nutrientes y el estado emocional, porque también comemos cuando estamos estresados, tristes, alegres, aburridos, enfadados, frustrados…

Esto significa que la elección de productos comestibles y su cantidad depende de muchos factores de los que no somos conscientes. Y estas decisiones, repetidas en el tiempo, afectan al comportamiento alimentario. Y aquí es donde entra en juego el mindful eating. Este término inglés podría traducirse por «alimentación con atención», que llevada a la práctica nos concienciaría de nuestras propias acciones, pensamientos, sentimientos y motivaciones en un momento concreto.

Lo cierto es que las intervenciones basadas en la atención plena dirigidas al tratamiento del comportamiento alimentario han ganado popularidad en los últimos años. De hecho, en la revista científica “Obesity Reviews” se llevó a cabo una revisión sobre la eficacia de los tratamientos con mindfull eating en obesidad y el resultado deparó que dieciocho (86%) de los estudios consultados refirieron mejoras en los comportamientos alimenticios. Y no es solo cosa de un estudio, si no que la literatura científica apoya la eficacia de estas intervenciones para cambiar estas actitudes relacionadas con la obesidad, específicamente el atracón y el comer emocional.

Pero no solo resulta eficaz para las personas con exceso de peso, sino que es recomendable para la población general, porque se trata de utilizar todos nuestros sentidos para elegir comer alimentos que son tanto placenteros como nutritivos. De esta manera, reconocemos la motivación que nos lleva a elegir en ese momento determinados productos y las respuestas a estos, si son agradables o desagradables, o si son neutros.

O quizás averiguemos si nos recuerda a algo –si relacionamos el alimento con experiencias positivas o negativas de nuestra vida– y en base a eso lo elegimos o lo evitamos o si realmente nos gusta o si no nos gusta atendiendo y siendo conscientes de su textura, sabor u olor que identificamos en cada bocado.

Honi buruzko guztia: SALUD