2024 ABEN. 22 KIROLA Cáncer de útero y entrenamiento de fuerza para mejorar (Getty) UNAI JORGE FERNÁNDEZ - SALTO TRAINING Las células del cuerpo humano se forman y multiplican generando así nuevas células, necesarias cuando las células ya existentes van envejeciendo, se dañan, mueren... En ocasiones, este proceso regenerativo se altera y estas células ya dañadas se forman y multiplican, cuando no deberían, produciéndose así tumores o bultos de tejido, a lo que llamaremos cáncer. Dichos tumores pueden ser malignos (cancerosos) o benignos (no cancerosos). Los primeros, invaden los tejidos adyacentes e incluso pueden viajar a otras partes del cuerpo, a lo que denominamos metástasis. Hoy hablaremos sobre el cáncer de útero. Es un tumor que se localiza en el útero. Hay varios tipos, pero el más común es el cáncer de endometrio, el cual afecta a la mucosa que recubre el útero por dentro. Este cáncer se da sobre todo en mujeres postmenopáusicas. Las señales de alarma suelen ser el sangrado vaginal cuando no corresponde, tener el flujo vaginal de color marrón, dolor en la pelvis, la menopausia tardía (>52 años), ovario poliquístico... Además, hay otros factores de riesgo a atender, como haber padecido cáncer de mama, factores hereditarios, la obesidad y enfermedades/síntomas derivadas de ella, dolores al mantener relaciones sexuales o haberse sometido a terapia de reemplazo hormonal prolongadamente, entre otros. El tratamiento es variado, pero va desde la histerectomía (extirpar el útero y a veces incluso ovarios y las trompas de Falopio), hasta la terapia hormonal, radioterapia y quimioterapia. El primer paso es la prevención, mediante un seguimiento efectuado por especialistas y un estilo de vida saludable (descanso, alimentación y estilo de vida activo y entrenamiento). Si padeces cáncer, el entrenamiento de fuerza será una clave importante para luchar contra los efectos de la enfermedad y su tratamiento, como pueden ser la sarcopenia (pérdida de masa muscular) o la osteoporosis (pérdida de densidad ósea). El éxito del entrenamiento de fuerza radica en que la contracción muscular activa las células del sistema inmune con función antitumoral, ayuda a la regeneración de fibras musculares, se degradan menos, mejora la función muscular y neuromuscular y disminuye el grado de inflamación sistémica.