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Otras Gazas

En la fotografía superior, un joven palestino pasa delante de un mural, hecho pocos días antes de tomar la fotografía, a escasos metros de su casa. (Andoni Lubaki)

El día 15 de mayo el pueblo palestino celebra el día de la Nakba. El éxodo, que comenzó al instalarse Israel, perdura aún en la memoria de este pueblo acostumbrado a ser masacrado si no abandonan sus hogares. Miramos todos a Gaza estos meses, atónitos e impotentes ante la limpieza étnica a la que el pueblo palestino es obligado por enésima vez, ante la pasividad de nuestros gobiernos. Pero hay y hubo “otras Gazas” fuera del foco mediático.

Dos jóvenes esperan un taxi colectivo en la carretera principal que recorre el barrio de Yarmouk.

Retrato de militantes palestinos muertos por Israel en el sur de Siria recientemente.

Un tendero espera a los clientes para vender café cerca del único sitio donde aún paran los taxis colectivos.

Dos hombres se abrazan en la calle frente a la bandera Palestina colgada en una ventana.
 

En Yarmouk, un campo de refugiados de aquellos palestinos que escaparon de la colonización sionista del 48, Yasser nos abre las puertas de su derruida casa. «Somos tres veces refugiados. La primera, cuando huimos a pie en la Nakba; la segunda, cuando escapamos de ser asesinadas como ratas por las tropas de Assad; y, ahora, porque no hay futuro económico ni se puede vivir aquí entre escombros. Nos hemos quedado sin poder ni siquiera naufragar».

 

Una mujer grita desde su ventana, «a los palestinos no nos quiere nadie».

Retrato de un joven en la entrada de su casa, una de las pocas viviendas habitables en la zona.

Un hombre aguarda a su amigo, recién vuelto del norte del país, para tomar té en su calle.

 

Escena de una persona andando por las calles de Yarmouk, todo rodeado de ruinas y escombros.

Al comienzo de la contienda siria, allá por el año 2012, Hamas se posicionó a favor de la oposición de Assad como toda la organización internacional Hermanos Musulmanes. Este, en represalia, bombardeó el campo con civiles dentro, convirtiéndolo en una trampa. Las cifras que los pocos habitantes manejan hablan de miles de desaparecidos y otros tantos muertos. Alí no puede contar con los dedos de las dos manos los familiares directos de su esposa que no volvieron, todos civiles que no habían empuñado un arma en su vida. Una vez más, el resiliente y resistente pueblo palestino se vio masacrado. Esta vez por fuerzas árabes baazistas del recién derrocado dictador Assad, y también pasó delante de nosotros.

Retrato de una niña en la calle mejor conservada de Yarmouk y que aún alberga habitantes.

Una mujer acompaña a su hija a la escuela. En Yarmouk hace ocho años que no se dan clases, ya que las escuelas fueron destruidas.

Un joven obrero que se gana la vida haciendo pequeñas obras en las casas de los refugiados que quieren volver.

Un hombre lee un libro en una casa derruida.

 

Este reportaje de hoy es una ventana abierta a esa otra Gaza que quedó fuera del foco mediático; la historia de Ismail, de Yasser, de Fatma, de Moha y de su hermano Abdullah, de su madre Yasmina y de su marido Rapha, de…