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PANORAMIKA

Contra el olvido

«Trampolín para la niña Martina (I)», una de las obras que pueden visitarse en la galería Carreras Múgica de Bilbo. (Carreras Múgica)

El arte tiene la capacidad de situarnos en terrenos sin definir. Lugares donde los enunciados poéticos o incluso narrativos se encuentran con propuestas objetuales, matéricas o plásticas. Mejor que un encuentro, quizás debamos decir que suceden a través de ellos o que son lo mismo, como dos caras de una misma figura o dos extremidades de un mismo cuerpo. A veces, según como se nombran o se titulan las piezas, nos inclinan hacia la búsqueda de significados, de resoluciones literales (o literarias) e incluso a encontrar pistas para una supuesta interpretación correcta que de sobra sabemos que nunca es real. En otros momentos, la conjunción de material, disposición espacial o características cromáticas son protagonistas suficientes para erigirse como una obra constituida con la capacidad de emocionar, sin la necesidad de relatos que le acompañen. En ocasiones, a estas dos partes las denominamos como resolución formal y carga conceptual pero, si bien esto nos vale para un primer acercamiento, lo interesante es cuando todo se entremezcla y sucede por sí mismo. La exposición que reseñamos hoy es eminentemente escultórica, pero podríamos hablar también de instalación, de poesía e incluso de ordenación en el espacio, porque nada acontece de manera aislada si no es en relación a dónde sucede.

“Contra el olvido” es el título de la exposición que la galería Carreras Múgica de Bilbo presentó a finales del pasado septiembre. La muestra, que podrá visitarse hasta principios de diciembre, viene firmada por Ángel Bados (Olatzagutia, 1945). Bados es uno de esos artistas que se prodigan muy poco en el ámbito expositivo. De hecho, su última muestra individual fue precisamente en la misma galería en el año 2017. Un año después, en 2018, sería galardonado con el Premio Nacional español de Artes Plásticas, uno de los máximos reconocimientos a la carrera artística. Ángel Bados es un nombre tremendamente influyente en el devenir del arte a nivel de Euskal Herria y del Estado. Docente durante muchos años en la facultad de Bellas Artes, fue de gran importancia en la corriente denominada Nueva Escultura Vasca en los años ochenta.

En esta ocasión, nos muestra un trabajo firmado principalmente entre los años 2020 y 2021. Una producción bastante actual que responde al proceso creativo vivido desde la madurez de su dedicación. Las piezas presentan diferentes capas de lectura. En un primer vistazo se encuentra una composición instalativa. Una visión de conjunto conformada por potencias de color, texturas y planos entrelazados. Más de cerca, cada pieza nos lleva a su propia problemática, proponiendo desde la individualidad de su existencia única y potente. Desde otro lado, los títulos son prácticamente poemas cortos, imágenes evocadas desde el texto que funcionan como vías de entrada a la expo. Sin duda, una buena oportunidad para ver de cerca el trabajo de uno de los artistas más relevantes de su tiempo.