2025 AZA. 30 60 AÑOS Y MUCHAS HISTORIAS EN LA AZOKA Un «time-lapse» por seis décadas de recuerdos personales y colectivos Imaginemos un «time-lapse» como el de «Notting Hill» (1999) -Hugh Grant camina, mientras las estaciones pasan-, solo que la cámara la colocamos ante el pórtico de Santa María de Uribarri, en Durango. En el discurrir del tiempo, desde el XVI hasta la actualidad, seguro que hasta apareceríamos alguno de nosotros. Por aquí han pasado funerales, bombardeos y mercados, como la Azoka, nacida hace 60 años. Soportales de la iglesia de Santa María de Uribarri, en Durango, en una vista actual. (Fondos de Gerediaga Elkartea) Amaia Ereñaga Hay lugares que son auténticos depositarios de la memoria colectiva. Otros parecen de esos sin ton ni son, como si por ellos no hubiera pasado nada -o no tienen personalidad o se les ha borrado el pasado aposta-; nada que ver con los que ejercen de cápsulas del tiempo para el imaginario colectivo. Y como cápsulas del tiempo funcionan los diferentes emplazamientos que ha tenido, en sus sesenta años, la Azoka de Durango. Primera cápsula: año 1965, 1 de noviembre. Suponemos que, como siempre, hará frío en Durango, ese frío que parece bajar directo de Anboto. Además, hace mucho frío en pleno franquismo; frío político, frío cultural y frío ambiental, instaurado por los fascistas vencedores. Por algo redujeron a escombros esta iglesia cuando bombardearon Durango en 1937. Desde 1965 hasta 1974, la cita con la incipiente producción en euskara o sobre el euskara sirve también como punto de encuentro político, social, cultural y como aire para la supervivencia. Hay que juntarse para resistir y atar redes. Segunda cápsula: la plaza del Mercado. Cambio de ubicación provocado por la prohibición del gobernador civil: ya no se podía hacer la feria en los soportales. Adiós a las marchanteras -las mujeres que en los soportales de Santa María endulzaron la infancia de los chavales de la zona con sus golosinas- y hola a los baserritarras, carniceros y demás gremios. La Azoka estuvo en la plaza desde 1974 hasta 1996 donde, desde 1980, se empezó a celebrar los primeros días de fiesta de diciembre. Por cierto, Durango ha vuelto a recuperar este espacio lleno de historia. Tercera cápsula: El mercado empieza a quedarse pequeño y se montan carpas en distintos solares del pueblo. Finalmente, en 2003, la Azoka encuentra su hogar actual en el pabellón multiusos de Landako, desde donde se extiende a Plateruena, el Museo de Arte e Historia -un precioso palacio Etxezarreta-, el cine Zugaza... Adivinen por qué: Porque la Azoka sigue creciendo. Y que no pare. (Fondos de Gerediaga Elkartea)(Fondos de Gerediaga Elkartea)(Fondos de Gerediaga Elkartea)(Fondos de Gerediaga Elkartea)(Fondos de Gerediaga Elkartea)(Fondos de Gerediaga Elkartea)