2025 ABEN. 14 SALUD Por una actitud más saludable en Navidad La dietista de 7K cree que es posible tener una actitud más saludable en las comidas y cenas de Navidad. Para ello aconseja algunas formas que no implican renunciar al disfrute y recuerda que es importante evitar los comentarios relacionados con el cuerpo, tan habituales en estas fechas. (Getty Images) Xandra Romero {{^data.noClicksRemaining}} Artikulu hau irakurtzeko erregistratu doan edo harpidetu Dagoeneko erregistratuta edo harpideduna? Saioa hasi ERREGISTRATU IRAKURTZEKO {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Klikik gabe gelditu zara Harpidetu {{/data.noClicksRemaining}} Para no perder el hilo de la temática navideña, quizá sea interesante abordar en el contexto de estas fechas qué pequeños gestos podemos modificar para cuidar de los demás y de nosotros mismos en todo lo que se refiere a la relación entre cuerpo y comida. Así, aun a riesgo de que suene a topicazo navideño de nutricionista, parémonos un momento a pensar en cómo y cuánto afectan algunas conductas, costumbres y comentarios que tenemos muy normalizados durante estas festividades. Empecemos por tratar de alimentarnos de forma saludable durante todas estas fechas. Esto no significa que hagamos dieta, significa que comamos de forma consciente, atendiendo a nuestras señales fisiológicas de hambre y saciedad, pero, ¡ojo!, sin renunciar al disfrute, incluso el que derive de alimentos propios de estas fechas como turrones, polvorones o mazapanes. Cuando hablamos de comer de forma saludable, nos referimos a que es indispensable que hagamos todas las comidas necesarias para poder llevar a cabo nuestro día a día, que estemos bien nutridos, que no supongan hacer un esfuerzo en negarse alimentos presentes en estos días. Durante las comidas de las fechas señaladas como Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes, intentemos comer despacio, con tranquilidad y disfrutando de la comida y del momento. Si encontramos dificultad para conocer qué ración necesitamos cuando toda la mesa está repleta de comida, lo más sensato no es tratar de comer poco; en su lugar, podemos probar a servirnos en un plato todo lo que nos apetezca de lo que hay en la mesa hasta llenarlo como cualquier otro día. Una vez nos lo hayamos comido, y teniendo en cuenta cuántos platos más se servirán, decidiremos si volver a repetir o esperar al segundo. Con los postres, más de lo mismo. Eso sí, cuanto menos alcohol mejor y, si es cero, mucho mejor, aquí no hay medias tintas. Pero no podemos olvidarnos de cuidar nuestra relación con el cuerpo y la comida y la de los demás si no abordamos el “melón” de los comentarios sobre el cuerpo que se hacen en estas fechas. Obviemos decirle a un familiar o amigo que ha engordado/adelgazado, evitemos hablar de nuestro cuerpo o del de otros de cualquier forma, de dietas o hacer los típicos comentarios de “buf, con lo que hemos comido, hoy no ceno”, especialmente durante las comidas. Sobran, y mucho, los comentarios relacionados con conductas compensatorias como “mañana me machaco en el gimnasio” o “después de esto, voy a ayunar un día entero”. Y es que en estas fechas, recordemos que la dieta no es solo lo que comemos, sino también lo que nos decimos, lo que decimos a otros, las conversaciones que tenemos, los temas que consumimos...