Eguzki Agirrezabalaga
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Puentes que, además, comunican historias

De cristal, de piedra, de madera o de hierro. Antiguos o futuristas. Joyas de ingeniería tradicional o de moderno diseño. Colgantes que parecen retar a la inmensidad del vacío o anclados en toneladas de cemento... Algunos puentes son ya iconos. Por motivos diferentes.

Muchos puentes forman ya parte de la historia de sus ciudades, e incluso algunos de ellos se han convertido en iconos internacionales. Son símbolos en los que conviven de forma armoniosa la arquitectura y la ingeniería, el ingenio tradicional y los avances tencológicos, la madera y el titanio, y que han soportado, cada uno a su manera, el paso del tiempo y el peso de la historia. En esta lista se mencionan algunos de los más curiosos o conocidos. Cada uno de ellos tiene su motivo. Y todos ellos comunican también sus propias historias.

Golden Gate

Llaman la atención sus gruesos cables y sus dos altas torres, que alcanzan los 227 metros. Construido entre 1933 y 1937, este puente colgante, que con sus casi 2,7 kilómetros de longitud cruza la bahía de San Francisco, en Nueva York, fue considerado en su día un hito en la historia de la ingeniería. Curiosamente, aunque hay quien cree lo contrario, decidieron pintarlo de rojo no por un simple capricho, sino como protección contra el óxido. En más de una ocasión ha sido catalogado como el puente más fotografiado del mundo.

Millenium bridge

Aunque el puente que más se identifica con Londres es el Tower Bridge, el Millenium, inaugurado en el año 2000 y diseñado por Norman Foster, se ha convertido también en icono de la ciudad. Por su silueta y por su forma de elevarse, es conocido popularmente como ‘Winking Eye Bridge’ (puente del ojo guiñado). Su imagen se refleja sobre el Támesis, flanqueado por la Tate Modern en una orilla y la catedral de Saint Paul en la otra. Se trata del primer puente basculante del mundo.

El puente de Brooklyn

Comunica el barrio neoyorkino de Brooklyn con el Downtown de Manhattan sobre las aguas del East River. Cuando se inauguró, en 1883, se convirtió en el puente colgante más largo del mundo, con una longitud total de 1.825. Tardaron 13 años en construirlo y hay quienes lo incluyen en la cabecera de las listas de los puentes más cinematográficos.

Sydney Harvour Bridge

Es, actualmente, una de las obras de ingeniería más elogiadas, pero, más que por su complejidad técnica, este puente levantado sobre las aguas de la bahía de Sidney –conecta la costa norte con el centro financiero de la ciudad– es conocido, curiosamente, por ser escenario habitual de quienes buscan experiencias límites con saltos al vacío. Inaugurado en 1932, su silueta se incluye también en las fotografías enfocadas hacia el enblemático, icónico y fácilmente reconocible edificio de la Ópera.

Puente de Zhangjiajie

Es de cristal y, además, el más alto del mundo. Diseñado por el arquitecto israelí Haim Dotan, no es apto para quienes sufren de vértigo, porque quien lo atraviesa observa a sus pies la inmensidad del vacío, como si estuviera caminando sobre el aire entre dos acantilados del parque natural de Hongyagu, en China. De todos modos, por si acaso, está prohibida la entrada de quienes lleven tacones de aguja. Los montes que desde 2016 atraviesa su impresionante estructura metálica son conocidos popularmente como «montes Avatar», por haber servido de escenario a la película de James Cameron. Se trata, sin duda, de una de las últimas grandes obras de ingeniería del siglo XXI: una pasarela de cristal de 488 metros de longitud suspendida a 218 metros de altura.

Puente 25 de Abril

A este puente colgante tradicional de Lisboa lo llaman también «el puente revolucionario». Inicialmente, se llamaba puente Salazar –en referencia al dictador Antonio de Oliveira Salazar– pero cambió de nombre en 1974 con motivo de la proclamación de la república en Portugal.

Rialto

Tampoco puede faltar el Rialto veneciano en la lista de los puentes más populares del mundo. Es el más antiguo de los que cruzan el Gran Canal de la ciudad italiana y fue el único de la ciudad hasta el siglo XIX. Fue Antonio da Ponte el arquitecto que diseñó el nuevo puente que sustituyó al original de madera, construido entre 1588 y 1591. Los cubículos de su estructura –un único arco con dos rampas que se cruzan en el pórtico central– acogen actualmente diversos comercios, orientados principalmente a los turistas.

Puente de Gálata

Este puente de Estambul que desde hace siglos es vigía de quienes navegan por el Cuerno de Oro conforma hoy una estampa emblemática sobre el mítico Bósforo protagonizada por pescadores locales y vendederos de comercios y restaurantes, pero esta pasarela acumula una larga historia: su origen se remonta al imperio Otomano, pese a que aquel puente original fue reemplazado en 1863 para impresionar a Napoleón en su visita a la ciudad. De todos modos, tampoco aquella fue su última remodelación, ya que, tras quedar asolado por un incendio, fue nuevamaente reconstruido en 1994. El puente de Gálata se ubica, sin duda, en un punto estratégico, simbólico, porque, enlaza la parte asiática y la europea de la ciudad.

Puente Carlos

Dicen que el puente Carlos refleja a la perfección la esencia de Praga. Cruza majestuosamente el río Moldava y conecta la Ciudad Pequeña (Malá Strana) con la Ciudad Vieja (Staré Mesto). A lo largo de su estructura, que data de 1357, se suceden una treintena de estatuas de personajes ilustres.

Puente de las cadenas
Es el más antiguo de los puentes de Budapest y, con el castillo de Buda al fondo, el más icónico de todo el Danubio. El puente salva las aguas del gran río centroeuropeo desde 1849, aunque quedó parcialmente destruido tras la segunda guerra mundial. En 1949, cien años después de su inauguración, fue reconstruido y hoy es, sin duda, una de las cartas de presentación de la capital húngara.

Puente Cau Vang
Dos enormes manos de roca aguantan la pasarela de 150 metros sostenida a más de 1.400 metros de altitud. Eso es lo que hace especial el puente Cau Vang –conocido popularmente como el puente dorado o «puente de las manos»–, localizado en la montaña Nui Chua, en Vietnam. Inaugurado en junio de 2018, el puente se ha convertido en una de las atracciones más visitadas del país.

Puente de Mostar

Símbolo de una guerra y de una posterior reconstrucción, el puente de Mostar, en Bosnia, es ya parte de la historia. Estratégicamete ubicado sobre el río Neretva, la vieja pasarela, original del siglo XVI, fue bombardeada en 1993, durante la guerra de los Balcanes. En 2004 se reinauguró la estructura, que se volvió a convertir en escenario de los tradicionales juegos acuáticos de los jóvenes de la ciudad.

Puente de Oresund

El puente de Oresund comunica Dinamarca con Suecia; concretamente, Copenhague con Malmö. Es decir, enlaza el continente con la península escandinava. Su peculiar estructura provoca un efecto curioso, de forma que a veces parece que se encuentra engullido por el mar hasta que, nuevamente, reaparece del túnel. Con sus 16 kilómetros, se trata del puente mixto –combina ferrocarril y vehículos– más largo de Europa.

U Bein

U Bein, en Myanmar, es el puente de madera más largo del mundo. Construido en el siglo XIX en el lago Taungthaman –al sur de Mandalay, cerca de Amarapura– con madera de teca abandonada tras el traslado de la capital de la antigua Birmania de Inwa a Amarapura, dicen que incluye restos del antiguo palacio real. Al amanecer y al atardecer, los lugareños acostumbran a reunirse en la pasarela –de algo más de un kilómetro de longitud–, lo que dibuja una estampa cotidiana espectacular.

El puente del río Kwai

El puente sobre el río Kwai, inmortalizado en el cine por David Lean, es conocido también como «el ferrocarril de la muerte». El motivo es conocido: fue construido, en gran parte, por los prisioneros aliados capturados por el ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial para dar paso al llamado ferrocarril de la muerte. Pese a que la estructura fue bombardeada, aún se conservan algunas de sus secciones de acero originales. Y, además, es posible recorrer un tramo de algo más de cuatro kilómetros del histórico ferrocarril hasta el llamado Paso del Infierno, en Kanchanaburi, Tailandia.

Europabrücke

Con sus 494 metros de largo, Europabrücke es el puente colgante más largo del mundo. Ubicado en el Cantón del Valais, cerca de Randa (Suiza), comunica desde 2017 Grächen y Zermatt, dos zonas del llamado Camino europeo (Europaweg). Quien supere el vértigo y consiga alcanzar su punto más alto –a 85 metros– disfrutará de una espectacular panorámica de las cumbres más altas de los Alpes suizos. Curiosamente, bastaron 10 semanas para construir el Europabrücke.