
Diez años de «la mayor exhibición de un equipo visitante en Old Trafford»
Este 8 de marzo se cumple una década de la victoria inolvidable del Athletic en «el teatro de los sueños» de Manchester. El equipo entonces entrenado por Bielsa superó a los red devils por 2-3. También se ganó el partido de vuelta. Algunos protagonistas recuerdan esa hazaña en estas líneas.
El 8 de marzo de 2012, el Athletic escribió una de las páginas más brillantes de su historia europea tras ganar por dos a tres al Manchester United en «el teatro de los sueños». El conjunto dirigido por Marcelo Bielsa ofreció un auténtico recital que ha quedado grabado a fuego en la memoria colectiva de los todos hinchas rojiblancos y tambien de la mayoría de los aficionados al fútbol. Tiempo después de aquel triunfo, en otoño de 2013, David Moyes, el entonces entrenador del Manchester United, señaló que el conjunto rojiblanco había realizado «la mayor exhibición ofrecida por un equipo visitante en Old Trafford durante los últimos 35 años». Los leones, batieron nuevamente a los red devils una semana después y continuaron con su camino hasta la final, saldada con una dura derrota ante el Atlético en Bucarest. Fue una temporada inolvidable y en NAIZ, hemos recordarlo con algunos de los protagonistas.
El emparejamiento entre vascos y mancunianos contaba con unas reminiscencias históricas evidentes para el cuadro rojiblanco. Y es que 55 años antes, el Athletic había disputado una legendaria eliminatoria contra el Manchester United de Sir Matt Busby en los cuartos de final de la Copa de Europa. El triunfo cosechado por el elenco de Fernando Daucik por cinco a tres en San Mamés bajo una intensa nevada permanecía en el recuerdo de los hinchas más veteranos, que además había transmitido a sus hijos e hijas la importancia de aquella victoria. Fue el 16 de enero de 1957, a las 15:30 de la tarde, bajo una copiosa nevada que añadió todavía más épica al encuentro. Uribe por partida doble, Markaida, Merodio y Artetxe marcaron los tantos del Athletic, mientras que Taylor, Viollet y Whelan fueron los autores de los goles ingleses. El último de ellos, a apenas cinco minutos del final del partido, lo que dejaba las espadas en todo lo alto para la vuelta. Según las crónicas de la época, Matt Busby, manager del ManUnited señaló que los leones «habían prácticado un fútbol excelente», mientras que el eslovaco Daucik remarcaba que su equipo lo había hecho «fenomenalmente». Al día siguiente, los titulares de la prensa hablaban de un Athletic «grande» en el diario falangista Hierro, de que «la categoría del Manchester United da las máximas dimensiones al triunfo rojiblanco» en El Correo, de un «triunfo merecido y justo» en Mundo Deportivo o de un «wonderful match and wonderful team» como señaló Francisco Arriquibar en La Gaceta del Norte. El periodista de L’Equipe, Gabriel Hannot, inspirador de la copa europea de clubes, también asistió en directo a un encuentro legendario.
El partido de vuelta se disputó el 6 de febrero de 1957, exactamente un año antes del fatídico accidente aereo que truncó la vida de 21 personas en Múnich, entre ellos ocho jugadores –Byrne, Pegg, Colan, Jones, Edwards, Whelan y Taylor, todos ellos titulares en la eliminatoria ante el Athletic– y tres miembros de la gerencia del Manchester United. El choque se disputó en Maine Road, feudo tradicional del Manchester City en horario nocturno, y los locales fueron netamente superiores al Athletic. Daucik apenas realizó un cambio respecto al choque de ida, alineando a Maguregi en lugar de Uribe. El resto del once lo compusieron Carmelo Cedrún, Jose Mari Orue, Jesús Garay, Canito, Mauri, Artetxe, Markaida, Etura, Merodio y Piru Gainza. Los goles de Viollet, Taylor y Berry acabaron con el sueño europeo de los rojiblancos. El encuentro está recogido en el serial «Great Manchester United matches» del periodista John Ludden.

Más de cinco décadas después, el Athletic tuvo la posibilidad de tomarse la revancha, reverdecer laureles y modernizar la imagen de unas gestas europeas que pasaron de ser recuerdos en blanco y negro, al nítido color de la era digital. En 2012, tras obtener merecidamente el primer puesto en un grupo en el que también estaban PSG, RB Salzburgo y Slovan de Bratislava, los rojiblancos se midieron en dieciseisavos de final el Lokomotiv de Moscú. Pese a realizar un buen primer tiempo y adelantarse en el marcador, la nieve y el frío congelaron a los jugadores de Bielsa en la capital rusa, permitiendo al conjunto ferroviario imponerse por dos a uno. En la vuelta, las cosas se complicaron todavía más con la expulsión de Fernando Amorebieta, pero el tanto de Iker Muniain permitió clasificarse a los vizcainos. El rival en octavos sería el Manchester United, que había dejado en la cuneta al Ajax.
El juego desplegado por los leones durante aquella temporada, con grandes victorias en campos como Anoeta o el Sánchez Pizjuán, ante el PSG, Salzburgo o Slovan de Bratislava en Europa y el calosal partido disputado en San Mamés ante el Barcelona de Guardiola habían disparado la ilusión. Algo a lo que, además, había que añadir el trayecto en la Copa, ya que apenas un mes antes el Athletic había logrado el billete para la final tras golear al Mirandés en semifinales. La eliminatoria contra el Manchester United contaba con todos los condicionantes históricos, emocionales y deportivos para desbordar la ilusión en el entorno rojiblanco.
«Veías cómo jugaba el Athletic y es que era increíble, le estaba pegando un baile al Manchester United»
Unos 8.000 hinchas viajaron a Inglaterra para presenciar el partido en directo, en lo que sigue siendo uno de los mayores desplazamientos de aficionados en las competiciones europeas para ver un encuentro que no fuese una final. Uno de ellos fue el algortarra Iker Garagarza, que entonces contaba con 27 años, y que recuerda que fue «una experiencia muy chula, mi segundo viaje europeo con el Athletic, antes estuve en Bremen en 2009». Aquella cita desbordó todas las expectativas: «Nos comimos un montón de horas, cinco o seis tranquilamente, en el antiguo San Mamés para conseguir una entrada, mientras se estaba construyendo en el nuevo campo justo al lado. Cuatro colegas volamos a Londres, alquilamos un coche y fuimos a Manchester. Llegamos la víspera y el día del partido recuerdo la fiesta, estar en bares muy curiosos colindantes a la catedral. Me encontré con mucha gente del pueblo, que no sabía ni que había ido, estuvo muy bien».

El ambiente fue caldeándose según pasaban las horas, «recuerdo el buen rollo con la gente de allí. No había estado nunca en un campo inglés, la entrada era por una puerta pequeña y muy estrecha, de uno en uno». Fue su particular pasaporte para una noche inolvidable. Con la baja de Amorebieta por sanción, Bielsa alineó a Iraizoz, Iraola, Aurtenetxe, Javi Martínez, San José, Iturraspe, Herrera, De Marcos, Susaeta, Muniain y Llorente. Un once para la historia. Enfrente, De Gea, Rafael, Evra, Smalling, Evans, Jones, Giggs, Park Ji Sung, Young, Rooney y Chicharito. Un elenco con más de una leyenda, con un mito como Sir Alex Ferguson al mando.
El Athletic salió dispuesto a llevarse la victoria desde el primer momento. A los tres minutos, un gran tiro de Llorente se marchó fuera por poco, posteriormente Muniain estuvo a punto de quedarse en un mano a mano con De Gea, el colegiado alemán Florian Meyer decidió señalar falta del atacante en un agarrón de Smalling a Llorente en el área o a Susaeta se le escapó por centímetros una preciosa vaselina ante el portero de los red devils. Todo ello en apenas 20 minutos, eran los entrantes, aunque primero hubo que separar el mal trago del gol de Chicharito. El mejicano aprovechó un despeje de Iraizoz, que había realizado una gran parada ante Rooney, para adelantar a los ingleses. Pese al golpe, el Athletic no se rindió y las ocasiones siguieron llegando, Llorente, Susaeta e Iraola pudieron empatar, pero la igualada se hizo esperar. Y ahí llegó el gol sicólogico, una combinación entre Iraola y Susaeta por la derecha fue rematada por Llorente.
En la reanudación, los leones fueron un vendaval, sin miedo a nada ni a nadie. Ni el rival, ni el escenario pesó a un joven equipo que superó al Manchester United. David de Gea se tuvo que emplear a fondo para evitar nuevos tantos de Óscar de Marcos, Muniain o Llorente. En su área técnica, Bielsa completaba su ritual, dando pasos de un lado a otro sin parar, inquieto, mientras su equipo completaba un recital sin premio. Hasta que llegó el minuto 71, un pase de Ander Herrera fue aprovechado por De Marcos para cruzar una volea y adelantar al Athletic. Emocionado, el realizador televisivo captaba el suspiro del presidente Urrutia en el palco. La cita con la historia empezaba a fraguarse. Lejos de atrincherarse, con Iturraspe como mariscal de campo, el Athletic siguió al ataque, el equipo de Bielsa quería más y se asentaba en el estajanovista despliegue del de Matiena. Uno de los jugadores con mayor talento que ha creado Lezama, tan brillante como intermitente, discutido por una parte de San Mamés, pero capaz de ser el mejor jugador de un Athletic que rozó la excelencia en partidos como el de Old Trafford, la vuelta ante el Sporting de Lisboa en San Mamés o la noche en la que se clasificó para la Champions League en verano de 2014 ante el Napolés.
Una contra lanzada por el propio Iturraspe, continuada por Muniain y culminada por Toquero estuvo a punto de ser el tercero, pero, otra vez, una gran parada de David de Gea lo impidió. Por poco tiempo, los rojiblancos, vestidos con una ya icónica camiseta verde que aglutinaba los colores de la ikurrina, estaban desatados. Una ebullición constante, que se acercó al éxtasis con el tercer tanto. El portero madrileño del ManUnited había vuelto a salvar a su equipo tras un tiro de DeMar, pero el despeje le cayó a Muniain, que apareció como un rayo comiéndole la tostada al brasileño Rafael. La piña de la celebración rojiblanca, unido al alborozo de la hinchada marcarón aquella noche. Garagarza lo rememora con nostalgia, «animamos todos, sin parar y el equipo acompañó. Veías cómo jugaba el Athletic y es que era increíble, le estaba pegando un baile al Manchester United. El tercer gol, el de Muniain, que fue en nuestra portería, fue algo impresionante». En el descuento, Rooney acortó distancias tras un penalti cometido por De Marcos y Carrick puso algo de incertidumbre con un último disparo. Sin embargo, el resultado ya estaba consumado, el Athletic había ganado por dos a tres en Old Trafford. Una década después, el resumen de aquel partido es el contenido más visto en el canal de Youtube del club con más de un millón y medio de visualizaciones, novecientasmil más que el segundo con más reproducciones. Cinco de los siete vídeos con mayor número de visualizaciones pertenecen a partidos de esa temporada 2011-2012.
Era su noche europea más brillante desde 1977, el año en el que jugó su primera final europea. En el recuerdo estaban los triunfos en San Mamés ante Newcastle o Parma, además del uno a siete cosechado en Lieja, pero lo Manchester eran palabras mayores. No obstante, quedaba el partido de vuelta. Una semana después, el Athletic demostró que era capaz de todo, venciendo por dos a uno a los red devils en San Mamés merced a los tantos de Llorente y De Marcos. Andoni Iraola, por su parte, tuvo en sus pies un gol antológico tras regatear a medio ManUnited, pero su disparo final se fue marchó fuera por poco.
«Fuimos uno de los mejores equipos de Europa»
A la conclusión de la eliminatoria ante el Manchester United, en la antigua sala de prensa de San Mamés, Sir Alex Ferguson sentenció que «el Athletic merece llegar a la final». Los leones lo cumplieron, pero para ello tuvieron que hacer frente a dos grandes equipos como el Schalke 04 y el Sporting de Lisboa. En Alemania, el conjunto de Raúl apretó sobremanera a los leones, «vio sangre» en palabras de Bielsa, se adelantó en el marcador y Gorka Iraizoz sostuvo al equipo con sus paradas. Sin embargo, a 20 minutos para el final, Fernando Llorente empató el partido y, a partir de ahí, los leones fueron sin cadena. De Marcos hizo el tercero y Muniain el cuarto en una rápida transición. La narración del gol del jugador de La Txantrea realizada por Ramon Basaldua en Bizkaia Irratia abre la canción «Aitxitxen bufanda» del músico vizcaino Josu Bergara. El partido de vuelta, trágicamente marcado por la muerte de Iñigo Cabacas tras recibir el impacto de una pelota de goma lanzada por la Ertzaintza, se saldó con un empate a dos que permitió el pase a las semifinales. En la antesala de la final esperaba el Sporting de Lisboa, dirigido por Ricardo Sá Pinto. En la ida, de nuevo con un desplazamiento masivo de hinchas rojiblancos, el gol de Aurtenetxe sirvió para adelantar al equipo vasco, pero la remontada de los lusos obligaba al Athletic a ganar en San Mamés. Los últimos minutos del José Alvalade fueron verdaderamente agónicos y Gorka Iraizoz volvió a realizar intervenciones de mérito.
La vuelta se celebró el 26 de abril de 2012, coincidiendo con el 75 aniversario del bombardeo de Gernika, con un ambiente espectacular. El antiguo San Mamés vivió su última gran noche europea, en lo que probablemente fue la obra cumbre del proyecto de Bielsa. Susaeta adelantó al Athletic, pero el neerlandés Ricky van Wolfswinkel, un dolor de cabeza, igualó poco antes del descanso. Sin embargo, a los leones todavía les quedaba una bala antes del entretiempo y el santutxuarra Ibai Gómez volvió a poner en ventaja a los rojiblancos. Aquel resultado llevaría el partido a la prórroga. En un choque de poder a poder, marcado por la tensión y los nervios, el Athletic volvió a ser superior y la guinda llegó con el tanto de Llorente en las postrimerías del encuentro. Los leones, 35 años después, volvían a sacar el billete para una final continental.
La gran cita sería en Bucarest, un sueño convertido en pesadilla, ya que los tantos de Radamel Falcao por partida doble y Diego Ribas dieron el triunfo al Atlético de Madrid. Los leones, nuevamente de verde, lo intentaron sin descanso, pero atenazados por la presión, condicionados por errores impropios de un equipo que había mostrado tal nivel, cansados y frustrados ante las excelentes paradas de Courtois, se tuvieron que conformar con el subcampeonato. La magnífica temporada se quedaba sin el colofón más deseado, al perder las finales de la Europa League primero y de la Copa después. Transcurrida una década, en NAIZ hemos querido hablar con algunos de los protagonistas de aquel curso, poniendo el foco en la victoria en Old Trafford, como fueron Gaizka Toquero, Markel Susaeta y Mikel San José.

Markel Susaeta fue un fijo para Marcelo Bielsa, el rosarino le dio confianza y el eibartarra respondió. En sus palabras, la llegada del técnico argentino supuso toda una revolución, «fue un gran cambio, varió todo el método de entrenamiento, cada uno de nosotros, desde su posición podía participar en todas las jugadas, se trabajaban mucho todas las acciones, hacíamos numerosas repeticiones». Esto provocó una anécdota muy comentada en el vestuario, «solíamos empezar con unos 100 espectadores en Lezama, pero las sesiones eran muy largas, no había ejercicios de posicionamiento ni partidillos, repetíamos la misma jugada constantemente y la gente acababa marchando» admite entre risas. Mikel San José, por su parte, se muestra en una línea muy parecida al remarcar que «fue un año con muchos cambios, presidente y entrenador nuevos, con una manera de entrenar y de jugar muy diferente a la que la mayoría de nosotros había crecido, llegado e incluso asentado en la élite. Era un estilo distinto al que había cuando yo llegué con Caparrós, muy físico y exigente, éramos un equipo muy joven y teníamos la capacidad para llevarlo a cabo».
Aquellos cambios no fueron fáciles de asimilar, ni tuvieron resultados inmediatos, especialmente en Liga, así lo recuerda el gasteiztarra Gaizka Toquero, uno de los jugadores más queridos por San Mamés en aquella época: «Nos costó un poco al inicio, todo era bastante diferente a la forma de jugar que habíamos tenido en los años anteriores a la llegada de Marcelo. Él quería cambiar bastante el estilo y, al principio, no fue sencillo. Sin embargo, cuando cogimos los automatismos, nuestro estado físico era muy óptimo también e hicimos un fútbol muy alegre, con muchísima intensidad y precisión, que hacía muy difícil que la gente nos ganase». Tanto, que Mikel San José es claro al afirmar que «entre octubre y abril fuimos uno de los mejores equipos de Europa, así lo demostramos tanto a nivel continental como en Liga. Es verdad que el inicio y el final no fueron del todo buenos, pero esos cinco o seis meses fueron fantásticos y así quedaron grandes partidos para el recuerdo en Old Trafford, en Gelsenkirchen contra el Schalke 04 o al comienzo de la temporada en Bratislava ante el Slovan, que igual no está en el recuerdo de mucha gente, pero que fue un día muy importante para luego llegar a donde llegamos».
Duro entrenamiento matinal en The Cliff
El partido ante el Manchester United no hizo que Bielsa cambiase sus rutinas ni métodos, así se llevó al equipo a realizar una sesión de trabajo en The Cliff, las instalaciones que habitualmente utilizan el equipo femenino y las escuadras de la academia de los red devils. Markel Susaeta explica que «tengo muy buenos recuerdos de aquel día, por la mañana entrenamos muy duro, fue una sesión típica de Marcelo, con muchos sprints e intensidad. La verdad es que recordarlo es algo raro y bonito a la vez». Al tiempo, la delegación rojiblanca recibió la visita de Howard Kendall, antiguo técnico del Athletic y el hombre que hizo debutar al entonces presidente Josu Urrutia en el primer equipo.
Según se acercaba la hora del partido, los hinchas se acercaban al campo, con señalizaciones en euskara por parte del Manchester United en el teatro de los sueños y los jugadores eran conscientes de que podían ganar. En ese sentido, el eibartarra subraya que «jugamos muy bien, lo pasábamos muy bien el campo, teníamos un ritmo de juego muy alto, creábamos muchas ocasiones y nos daba igual quién fuese el rival. Veíamos al contrario y pensábamos, nosotros jugamos mejor y que íbamos a tener opciones». Gaizka Toquero coincide al respecto, «cuando llegó el partido todos estábamos convencidos de que podíamos ganar, ese fue uno de los mayores cambios que generó Bielsa en el equipo. Allí donde íbamos, él hacía lo posible por inculcarnos que se podía ganar a cualquiera. Al salir al campo, teníamos claro, que si hacíamos lo que Marcelo nos decía, íbamos a tener nuestras opciones de ganar y así fue. Tuvimos la fortuna de poder ganar al Manchester United en Old Trafford, vivir aquella eliminatoria, en la ida y la vuelta, fue una pasada».
El gasteiztarra incide en la idea al remarcar que «la verdad es que fue un partido increíble, para recordar. Para todos los jugadores que estábamos en esa plantilla, era un sueño poder jugar en Old Trafford. Llegamos en un muy buen momento, nos veíamos capaces de ganar al Manchester United o, al menos, de plantarle cara. Hicimos un grandísimo partido, es un recuerdo inolvidable para todos los que estuvimos allí, también por el gran apoyo que tuvimos allí por parte de nuestra afición. Como siempre la hinchada del Athletic está con el equipo incondicionalmente sea donde sea, todavía más en estas grandes citas». Antes de saltar al campo, Andoni Iraola recordó a los jugadores de 1957, en una noche en la que Mikel San José destaca que «se me viene a la cabeza el hecho de estar jugando en un sitio en el que muchos de nosotros pocas veces habíamos imaginado el tener la posibilidad de hacerlo, con tantísima gente, hubo una grada llena y la verdad fue una marea humana la que se desplazó desde Bilbo». Dentro del césped, el navarro subraya que «hicimos todo bien, empezamos perdiendo, pero el equipo se sentía cómodo, muy a gusto, superior, aunque sabíamos que enfrente estaba el Manchester United, pero estábamos siendo mejores que ellos. Esto es algo de lo que te das cuenta cuando acaba el partido, vuelves a casa, lo analizas y ves que has conseguido algo que va a quedar en el recuerdo de mucha gente».
Una reflexión en la que profundiza señalando que, «fue poner nuestra miguita y foto en color en grandes gestas, personalmente como jugador del Athletic ganar en Old Trafford es una de las cosas que va a dejar huella para siempre. Para mí, jugar en Manchester, después de haber jugado en Liverpool, dentro de mi era un pequeño derbi, y poder ganarlo fue algo espectacular». Ese pasado red le deparó también una anécdota particular en la zona de vestuarios, «después del partido a Muniain y a mi nos tocó pasar el control antidopaje, coincidimos con De Gea y Rooyney. Fue algo bonito, pude hablar un poco con él sobre Liverpool, él había sido niño maravilla del Everton, sabiendo la rivalidad entre ambos equipos, estar al lado de un jugador como él es algo que te queda». Llegaron más momentos emotivos. Así, Susaeta recuerda que «al llegar al aeropuerto, nos encontramos con los aficionados, nos dieron una gran ovación en forma de reconocimiento, esto es algo que no se ve habitualmente y fue muy bonito».

Superada la eliminatoria ante los red devils, el eibartarra considera que «tras aquel partido, nosotros dijimos que si habíamos sido capaces de ganar allí, teníamos que ir a por el título». El equipo «disfrutaba» como remarca Sanjo, «ese año fue todo rodado hasta las finales». Opinión con la que coincide Toquero al resaltar que «competíamos allí dónde íbamos, daba igual que el rival fuese el Barcelona en Liga o el PSG en Europa, era muy complicado ganarnos, nosotros eso lo palpábamos y estábamos muy seguros de nosotros mismos».
«Salíamos a ganar en todos los campos»
Susaeta fue uno de los grandes protagonistas de aquella temporada, «juegue mucho y me sentía importante en el campo, tanto yo como mis compañeros nos lo pasamos muy bien, tenía mucha facilidad de completar jugadas con Iraola o Ander Herrera». Algo que se notó en las citas europeas, «en Alemania fuimos perdiendo, pero le dimos la vuelta, pasamos los últimos minutos atacando constantemente e hicimos cuatro goles. En Lisboa, es verdad, no jugamos muy bien, pero el gol de Aurtenetxe nos dejó en una buena posición». Echando la mirada atrás, no obstante, es autocrítico al señalar que «la final que nos hizo daño, claramente, fue la de la Europa League. En los últimos cinco partidos jugamos mal y no metimos goles. Pese a que fuimos con toda la ilusión y motivación a Bucarest, nuestro fútbol no era como el mostrado en Manchester. Nos faltaba chispa, no hacíamos ocasiones con tanta facilidad, notamos el cansancio, había mucha presión y fue un cúmulo de cosas que dejan una sensación muy rara. Es cierto también que ellos llegaron muy bien a la final y en la primera parte lograron dos goles. Pero bueno, nos tenemos que quedar con el camino, que fue muy bonito, hicimos un gran trabajo y los aficionados pudieron tener otra ilusión».
Preguntados por el legado dejado por aquel equipo, los tres antiguos leones confirman que aquella campaña supuso elevar el listón de la exigencia. Susaeta remarca que «la huella es el fútbol que hicimos, cómo corríamos para adelante y para atrás, las ganas de recuperar el balón lo antes posible, ese estilo ofensivo». Toquero le añade otro componente, «aquel año hicimos grandísimos partidos, incluidas remontadas europeas, y el mayor legado que dejó ese equipo fue la confianza que transmitió Marcelo de que con trabajo y esfuerzo éramos capaces de ganar a cualquier rival. Hasta entonces, San Mamés sí que era un fortín, era muy complicado batirnos, pero con su llegada también fuimos muy competitivos fuera de casa. Yo creo que ese fue el gran salto que dimos los jugadores que estuvimos a sus órdenes». Mikel San José, por su parte, amplía el foco y destaca que «allí donde íbamos el equipo iba a ganar, ganaba y seguíamos haciendo nuestro trabajo. Luego llegó Ernesto, con una idea de juego diferente, pero con la misma mentalidad de salir en cualquier en campo, siempre con el máximo respeto, pero a ganar. Además, yo pienso que las decisiones de Josu Urrutia como presidente siempre fueron acertadas, correctas y en el buen camino. Cuando todo va en una buena sintonía y sincronización, las cosas salen y estuvieron saliendo».