Beñat Zaldua
Donostia

El día del Orgullo

Como cada año, el 28 de junio está marcado en el calendario de medio mundo como el día de la dignidad gay, un día para sacar del armario las mejores galas y los peores tabúes. Pero más allá de estereotipadas cabalgatas, sigue siendo el día de reivindicación de unos colectivos con muchos retos por delante.

Marchas como esta de Iruñea se volverán a repetir el 28 de junio. (Jagoba MANTEROLA/ARGAZKI PRESS)
Marchas como esta de Iruñea se volverán a repetir el 28 de junio. (Jagoba MANTEROLA/ARGAZKI PRESS)

La madrugada del 28 de junio de 1969, la Policía de New York efectuó una redada en el pub Stonewall Inn, conocido punto de reunión de colectivos homosexuales de la ciudad. Fue la chispa que desató los históricos Disturbios de Stonewall, la primera gran respuesta violenta en defensa de los derechos de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Trans (LGTB), en la que se levantaron barricadas contra un sistema que oprimía y perseguía la diversidad sexual.

Aquella fecha quedó, desde entonces, marcada en el calendario anglosajón como el día del ‘Gay Pride’, algo que en castellano se ha traducido como día del Orgullo Gay o día de la Dignidad Gay, aunque colectivos como Medeak prefieren hablar simplemente de Día Internacional por la Liberación Sexual. Se trata, en todo caso, del día escogido para reivindicar la diversidad sexual existente en la sociedad y la libertad de elegir libremente qué quiere hacer cada persona con su cuerpo.

Pero ha llovido mucho desde aquellos disturbios de Stonewall y la situación de los colectivos LGTB en el llamado primer mundo ha mejorado notablemente a lo largo de las décadas. De ello da fe la normalización de las manifestaciones y cabalgatas que recorrerán las calles del mundo occidental el 28 de junio.

Sin embargo, esta sensación de normalidad tiene sus peligros. Desde el Euskal Herriko Gay-les Askapen Mugimendua (EHGAM), Imanol Alvarez advierte del riesgo de relajarse en «el gueto dorado» de los colectivos LGTB y olvidarse de una larga trayectoria de lucha. «Esto suele suceder hasta que llega una nueva agresión homófoba». Y es que quedan batallas pendientes y peligros de retrocesos, como el que supone en el Estado español el Gobierno de una derecha a la que la crisis no ha hecho olvidar su agenda ideológica. Ahí están, como muestra, el zumbido de un cambio en la Ley de Matrimonio Homosexual o la persecución contra las trabajadoras sexuales.

Por lo tanto, los retos y los motivos para salir a la calle este 28 de junio siguen siendo numerosos, según señalan los colectivos LGTB. Todavía más para la mayoría de estos colectivos, que unen indisociablemente la lucha por la liberación sexual con la lucha por la liberación social, considerándolas como dos caras de una misma moneda. Es el caso de Medeak, que en la entrevista que les realizamos explican que sus reivindicaciones «van mucho más allá» de la normalización: «Queremos construir otro modelo social basado en la diversidad de cuerpos, deseos, identidades y relaciones».