La bomba, que contenía entre ocho y diez kilos de explosivo, estaba enterrada en el suelo de la localidad norteña de Dera Ismail Khan, según han confirmado fuentes policiales a la cadena paquistaní Geo TV.
Además, el artefacto explosivo, que ha acabado con la vida de siete personas –cuatro de ellas menores– según Reuters, ha sido detonado mediante un mando de televisión debido a la suspensión de cobertura móvil decretada por el Gobierno. El número de heridos asciende ya a 20, según el periódico paquistaní ‘Dawn’.
Las fuerzas de seguridad han acordonado la zona a fin de capturar a los autores del atentado. Varios niños y agentes de la Policía han sido ingresados en hospitales locales tras el atentado.
Por su parte, el ministro del Interior de Pakistán, Rehman Malik, ha condenado el atentado y ha ordenado una investigación sobre lo acontecido al inspector general de la Policía de la provincia de Jiber-Pajtunjwa, Akbar Jan Hoti, según ’Dawn’.
La localidad de Dera Ismail Khan es uno de los bastiones de los grupos suníes afines a Al-Qaeda, que en los últimos meses han recrudecido sus ataques contra comunidades chiíes.
Suspensión de la cobertura
Las autoridades de Pakistán habían elevado la alerta por peligro de atentado con motivo de una de las festividades más importantes en el calendario de los chiíes.
De hecho, el Gobierno anunció este viernes la suspensión de la cobertura de los teléfonos móviles en varias ciudades del país durante este fin de semana para evitar atentados contra la comunidad chií.
Grupos suníes han amenazado con llevar a cabo más atentados como los cometidos esta semana contra los chiíes, en los que, hasta el momento, más de una docena de personas han fallecido.
Las principales ciudades paquistaníes, entre ellas Islamabad, la capital; Karachi y Quetta están en alerta máxima ante el peligro de atentados.