Ramón SOLA
IRUÑEA

Expertos internacionales plantean en el Foro Social abordar el desarme con flexibilidad

La primera mesa redonda del Foro Social por el proceso de paz que se ha celebrado en Iruñea ha versado sobre el desarme, y en ella han participado tres expertos que han coincidido en situar esta cuestión como una parte de un proceso y en afirmar que debe abordarse con flexibilidad, con fórmulas imaginativas y evitando situarlo como una premisa imprescindible.

Los ponentes y organizadores del Foro Social. (Jagoba MANTEROLA/ARGAZKI PRESS)
Los ponentes y organizadores del Foro Social. (Jagoba MANTEROLA/ARGAZKI PRESS)

La intervención más incisiva ha sido quizás la de Véronique Dudouet, de la Fundación Berghof. Se ha mostrado segura de que «los programas que solo buscan quitar las armas a los combatientes están condenados al fracaso». En cuanto a cómo debe hacerse, ha dicho que hay que respetar los tiempos (no hay que reclamarlo prematuramente) y también que no siempre debe consistir en entregar las armas a la otra parte, sino que se puede optar por inutilizarlas o entregarlas a observadores imparciales. En cualquier caso, ha remarcado, siempre es deseable que sea la organización respecta la que las dé de forma voluntaria, porque en caso contrario se equipara a una rendición y termina siendo inviable.

Aaro Suonio, que presidió la Comisión de Desarme en el proceso irlandés, ha explicado que en Irlanda precisamente fueron testigos imparciales internacionales los que protagonizaron los primeros pasos del desarme, y que al final se incorporaron dos sacerdotes representativos de las comunidades enfrentadas. También ha traído a colación que el desarme no fue lo primero; de hecho, se empezó a trabajarlo en 1997 (un año antes de los Acuerdos de Viernes Santo) y no se materializó hasta después de 2005.

Robert McBride, protagonista del proceso sudafricano, ha explicado sus pormenores incidiendo en las mismas cuestiones. Por ejemplo, ha recordado que en un momento dado Nelson Mandela –hoy Nobel de la Paz– rechazó tajantemente la demanda de desarme del presidente Frederik De Klerk dado que el Gobierno de este no daba paso alguno. Lo hizo con esta frase: «Nos está pidiendo que nos suicidemos, ¿qué organización política va a entregar sus armas a un hombre al que su gente considera asesino de inocentes?». Luego sí se desbloqueó la cuestión.

A preguntas del público, han hecho otras consideraciones muy interesantes sobre el momento actual del proceso. Así, McBride ha restado importancia al inmovilismo del PP porque «ya está en el proceso, aunque no lo sepa». Para Dudouet, la experiencia demuestra que «cuando los pasos bilaterales no progresan, la acción unilateral siempre produce frutos al final». Para Suonio, es lógico que haya quien se sienta frustrado por la falta de avances desde Aiete, pero mirándolo con perspectiva el asentimiento de la nueva situación de ausencia de lucha armada de ETA es muy reseñable.