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El posible retorno de la derecha marca los comicios en Islandia

Islandia celebra hoy elecciones parlamentarias cuyo resultado puede desembocar en uno de los mayores vuelcos electorales de su historia dado que, según las encuestas, uno de cada dos islandeses no votará al mismo partido por el que apostó en las elecciones de 2009, en la cúspide de la crisis económica.

En las elecciones parlamentarias se espera que los resultados den la espalda a la actual coalición de centroizquierda que lidera la primera ministra Johanna Sigurdardottir -quien ha anunciado que no buscará la reelección- en favor del partido Progresista y el partido Independiente, precisamente las dos formaciones acusadas hace cinco años de sumir al país en la recesión más grande que ha sufrido en décadas.

Ni siquiera las buenas cifras de crecimiento económico (+1,6 por ciento el año pasado, que se suma a un 4,7 por ciento de paro) han sido suficientes para satisfacer a los islandeses, en particular por la inflación, que lleva dos años por encima del 4 por ciento y aumenta la deuda de las familias, muchas de las cuales tienen hipotecas asociadas a la subida del precio del dinero.

Sabedor de esta circunstancia, el partido Progesista ha aprovechado para hacer campaña sobre la promesa de amortizar las hipotecas hasta un 20 por ciento.

Los Progresistas han mejorado su imagen en estos meses al oponerse a la devolución de los depósitos perdidos tras el colapso de los bancos islandeses. Fue el único de los grandes partidos que apoyó esta idea, y por ello su índice de aprobación subió hasta 15 puntos en las encuestas.

Su principal rival en estos comicios, el Partido Independiente, ha prometido bajar los impuestos y eliminar los controles de capital sobre la moneda oficial, la corona, que dificultan la inversión exterior, aunque los expertos advierten de que el levantamiento de estas medidas podría provocar una mayor devaluación de la moneda.