Clément Méric, de 18 años de edad y estudiante de la prestigiosa universidad de Sciences Po, se encontraba hasta en el hospital Pitié-Salpêtrière en estado de muerte cerebral.
Desde la Fiscalía, que está al frente del caso, han indicado a Efe que la investigación todavía no ha finalizado, y que las cuatro personas detenidas este jueves, entre las que se cree que está el presunto culpable, un joven español de 21 años, permanecen retenidas en las dependencias policiales.
La policía dispone de numerosos testigos porque el ataque tuvo lugar a plena luz del día y en una concurrida calle de la capital, cercana a los grandes bulevares y a la estación de Saint Lazare.
El fallecido, conocido por su militancia antifascista, estaba con tres amigos en una tienda cuando entró en el local un grupo de «cabezas rapadas» de ultraderecha.
En el exterior del local, Méric recibió un violento puñetazo y, al caer, se golpeó la cabeza contra un bolardo, lo que le hizo perder el conocimiento.
Los agresores huyeron, y la policía estudia ahora las imágenes de videovigilancia y las declaraciones de los testigos de la agresión, que por el momento no ha sido denunciada por los amigos de la víctima.
El acto ha sido condenado por toda la clase política francés, empezando por el presidente, François Hollande, que desde Tokio, donde se encuentra de viaje oficial, ha dicho haber dado «las instrucciones más firmes para que los autores de ese acto odioso puedan ser detenidos lo antes posible».
La presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen, ha declarado que su partido de ultraderecha «no tiene nada que ver» con los responsables de ese ataque «inadmisible e insoportable», y el ministro del Interior, Manuel Valls, ha hecho, además, un llamamiento a la prudencia en las declaraciones, alegando que «hay un clima que favorece este ambiente de odio».