El retraso que llevan las declaraciones ha hecho coincidir en los pasillos del tribunal especial a Álvarez-Cascos y al también ex secretario general del PP Javier Arenas, por lo que ambos se han saludado, aunque esperan en salas distintas su turno para comparecer ante Ruz.

Cascos había sido citado a las 11.30 y Arenas a las 12.30, pero la media hora de retraso con la que han empezado los interrogatorios –el primero el del empleado de caja del PP Antonio Ortiz que se ha prolongado casi una hora, en la que ha negado la contabilidad B del PP– y la extensa declaración que posteriormente ha hecho Cristóbal Páez, sustituto de Luis Bárcenas en la gerencia del PP entre 2009 y 2010. Según las primeras informaciones, este habría admitido haber recibido dos pagos en B.

Tras Páez, ha sido Álvarez-Cascos quien ha empezado a declarar.

Todos ellos deberán responder a las acusaciones de irregularidades en el PP que vertió el extesorero Luis Bárcenas en la última declaración que prestó ante el juez Ruz el pasado 15 de julio, después de entregar los originales de los apuntes contables de la supuesta caja B tras su ingreso en prisión el 27 de junio.

Para evitar filtraciones registradas en anteriores ocasiones, el juez Ruz ha requisado a los abogados de las partes dispositivos móviles, como teléfonos o tabletas.

Tanto Arenas como Álvarez-Cascos han sido recibidos a su llegada a la Audiencia Nacional con gritos, abucheos e insultos de «chorizo», «ladrón» o «corrupto» por un grupo de afectados por las preferentes. Las declaraciones también han generado una gran expectación entre los medios.