En una rueda de prensa celebrada en el gaztetxe, la portavoz de la comisión de txosnas de la capital alavesa, Ainhoa Villaverde, ha señalado que «se lleva unos años planteando el cambio de recinto», por lo que «"se habló con el Ayuntamiento para intentar llevarlas al Casco Viejo», aunque «este año no se ha conseguido ese permiso», por lo que el debate queda abierto «de cara a otros años».

Las txosnas han valorado positivamente la edición festiva de este año, que por lo que a ellas concierne comenzaron el 2 de agosto, dos días antes de lo habitual. La organización ha señalado que el presupuesto ha sido de 70.000 euros y que esta edición ha contado con nueve colectivos con txosna y otros que no han puesto txosna pero han participado, por lo que se pusieron diez carpas, siendo una común. Asimismo, han explicado que les gustaría que dentro del recinto no se hiciera botellón, porque «el dinero que se saca es para mantener las propias fiestas y el programa festivo».

Actitud de la Ertzaintza

Por su parte, el también portavoz Jon Ligüerzana ha denunciado «la actitud violenta» de la Ertzaintza durante estas fiestas y ha tildado de «preocupante» que sucesos de este tipo «se normalicen y se acepten».

Concretamente, ha explicado que el día 8, sobre las cuatro de la tarde, varios agentes de paisano estuvieron grabando en el interior de la gazte karpa «sin dar ninguna explicación a los responsables que se encontraban allí presentes». También «se acercaron a la txosna de Herrira' e identificaron a una persona», a la que le advirtieron de que iban a «abrir un procedimiento en su contra» por dos paneles en los que se denunciaba la situación de los presos enfermos y la aplicación de la denominada doctrina Parot.

Ligüerzana ha añadido que el 4 de agosto, alrededor de las cuatro y media de la madrugada, una furgoneta de la Ertzaintza, al irse de las txosnas, «pasó por encima de los pies de una joven, abandonando el lugar a toda velocidad sin atenderla».