Tal y como explicaron la semana pasada los líderes del PSOE y del PSC, Alfredo Pérez Rubalcaba y Pere Navarro, respectivamente, esa formación han propuesto hoy la creación de una comisión parlamentaria no permanente –o una subcomisión dentro de la comisión Constitucional del Congreso– con el objeto de debatir el modelo territorial del Estado español. La iniciativa la ha encabezado Rubalcaba, a través de una carta al presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada.

Según informa ‘La Vanguardia’, en la misiva Rubalcaba propone la «creación de un órgano parlamentario para el diálogo sobre la renovación del modelo territorial» y lo propone en el Congreso debido a que «es el lugar idóneo para propiciar un gran consenso que actualizaría el alcanzado hace 35 años».

«Es evidente que una revisión acordada de nuestras normas de convivencia debe partir de un diagnóstico compartido de los problemas que actualmente tenemos. Solo a partir de ese diagnóstico común es posible proceder a buscar el consenso sobre propuestas concretas. Y es evidente también que esta tarea ha de realizarse en sede parlamentaria, en la sede de la soberanía popular», añade la carta del PSOE, que a través de esta iniciativa parlamentaria trata de sortear la negativa del PP a abrir el melón de la Constitución.

Nueva crisis en el PSC

La propuesta del PSOE, sin embargo, hay que leerla en clave catalana, ya que responde al acuerdo alcanzado por las direcciones del PSOE y el PSC en la reunión que mantuvieron la semana pasada en Barcelona. De hecho, no es casualidad que la iniciativa coincida con la votación en el Parlament –el próximo jueves– de la proposición de ley para pedir en el Congreso la delegación de la competencia para convocar referéndums.

La votación no revestirá mayor misterio en cuanto a su aprobación, ya que las cuatro fuerzas que acordaron la fecha y la pregunta de la consulta –CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP– están de acuerdo en aprobar la proposición de ley sin fisuras. Sin embargo, la votación abrirá una nueva crisis en el PSC, cuya dirección ya anunció hace semanas que el partido votaría en contra, con el argumento de que la iniciativa no está acordada con el Estado y que, por lo tanto, está condenada al fracaso.

En las últimas horas, varios diputados que ejercen de puente entre la dirección y los sectores críticos aceleran los contactos para intentar salvaguardar la unidad del partido a través de la abstención, pero la dirección, al menos de momento, no parece por la labor. Algo que llevaría a unos cuantos diputados –se especula que puedan ser entre dos y seis– a romper la disciplina de voto y optar por opciones como la abstención, el voto a favor o el abandono del escaño.

Evidentemente, la votación tendrá consecuencias para el PSC, ya que la dirección ha advertido de que expulsará a los diputados que rompan la disciplina de voto. Cabe recordar que su grupo parlamentario tiene 20 escaños, frente a 19 del PP, por lo que la pérdida de solo dos diputados supondría para el PSC verse relegado a cuarta fuerza en el Parlament. De igual manera, las consecuencias afectarán también al proceso soberanista y a la fotografía que ofrezca el Parlament, ya que, actualmente, los cuatro partidos que acordaron la consulta suman 87 diputados de un total de 135. Es decir, con tres diputados más en el bloque a favor de la consulta se alcanzarían los 90 escaños, cifra en la que se sitúa la mayoría cualificada de dos tercios.