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La ONU cede a las presiones y retira a Irán la invitación para Ginebra II

La ONU excluyó ayer de la conferencia Ginebra II para encontrar una solución política a la crisis siria a Irán uno de los actores clave en el conflicto. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon cedió a las presiones de la oposición siria y sus padrinos occidentales y árabes y, 24 horas después de enviar la invitación a Teherán, la retiró. Rusia estimó imprescindible la presencia de la República Islámica.

A solo 48 horas de que comenzara la conferencia de paz denominada Ginebra II en Montreux, Suiza, la reunión seguía en el aire por las amenazas de la oposición de retirarse de la misma si acudía Irán.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, había invitado a Teherán a participar, lo que suscitó la cólera de la oposición siria, que después de meses de dudas y presiones de las potencias occidentales, había accedido a acudir.

«Si no se nos confirma que Irán no está invitado no acudiremos a la conferencia», advirtió Hadi AlBahra, miembro de la Coalición Nacional opositora en el exilio, que daba como ultimátum las 19.00 GMT de ayer. Sin embargo, a esa hora aplazó su decisión definitiva a la próxima valoración que haga Ban Ki-moon. La presión surtió efecto y poco después la ONU retiraba la invitación argumentando el rechazo iraní a acudir con condiciones, concretamente la aceptación de una transición política en Siria. «Dado que (Irán) ha elegido quedar fuera de ese entendimiento básico, (Ban) ha decidido que la reunión de un día de Montreux tendrá lugar sin la participación iraní», anunció el portavoz del secretario general, Martin Nesirky.

Al poco tiempo, confirmada la exclusión de Irán, la Coalición opositora anunciaba su asistencia a Montreux.

También Estados Unidos elevó el tono exigiendo que Irán fuera excluido porque «no ha tomado nunca posición en favor de la conferencia de Ginebra I, esperamos que se retire la invitación», afirmó un alto responsable del Departamento de Estado. Por su parte, Teherán man- tenía que, una vez invitado de forma oficial, participaría en la conferencia sin precondiciones, según el portavoz del Ministerio de Exteriores, Marzieh Afkham.

El presidente del Parlamento iraní, Ali Larijai, explicó que «nosotros no estuvimos presentes en Ginebra I, no podemos aceptar en ningún caso el comunicado y nadie debería poner condiciones a la presencia iraní». Indicó que un Gobierno de transición presenta dos problemas: «Priva al pueblo sirio de su derecho a elegir su destino y dejaría a Siria caer en manos de terroristas».

Rusia: «Un error imperdonable»

Durante toda la tarde, Ban Ki-moon anunció «consultas intensas y urgentes» ante el nuevo obstáculo, mientras cada parte seguía presionando.

El presidente francés, François Hollande; el ministro de Exteriores británico, William Hague, y Arabia Saudí, exigieron a Irán que aceptara «solo este orden del día, es decir la transición política». Por el contrario, Rusia declaró que «no asegurar la presencia de todos lo que pueden influir directamente en la situación sería un error imperdonable». El ministro ruso de exteriores, Serguei Lavrov, afirmó que «quien duda de la necesidad de invitar a todos los actores importantes en la crisis no desea una solución justa y negociada a la crisis siria» y calificó de «capricho» la postura de la oposición.

El cruce de presiones hizo mella en el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que dijo estar «decepcionado» por la declaración de Irán poco antes de retirar la invitación.

La Coalición opositora, aunque muy dividida, accedió el sábado a participar en la conferencia, superando así el que parecía el último obstáculo para que se celebrara.

Si ya fue difícil convencer a la coalición -o a parte de sus miembros- de que acudiera mañana a Suiza, su veto a Irán parecía ayer echar por tierra definitivamente la cita.

Con todo, la aceptación de sus condiciones no supuso que saliera reforzada y uno de sus principales componentes, el Consejo Nacional Sirio, anunció que abandonaba la coalición por su rechazo a dialogar con Damasco en cualquier caso.

Al-Assad sugiere que se presentará a la reelección

Frente a la insistencia de las potencias occidentales y sus aliados árabes en que la cumbre de mañana tiene el objetivo de desalojar al presidente de Siria, Bashar al-Assad, del poder, el propio Al-Assad aseguró ayer que el objetivo de la conferencia de paz Ginebra II es discutir sobre «la lucha contra el terrorismo», al tiempo que sugirió que podría presentarse a la reelección en los comicios presidenciales que se celebrarán en su país en junio.

«La conferencia de Ginebra debe llevar a claros resultados en relación con la lucha contra el terrorismo... Eso sería el resultado más importante de esta conferencia. Cualquier resultado político que no incluya la lucha contra el terrorismo no tendrá valor», afirmó el presidente sirio en una entrevista concedida a la agencia de noticias AFP.

El mandatario sirio aseguró, además, que existe «una buena oportunidad» de que se presente como candidato a la reelección en los comicios presidenciales previstos para el próximo mes de junio y descartó que la opositora Coalición Nacional Siria pueda entrar en el futuro Gobierno, una posibilidad que definió como «totalmente irrealista».

Por otro lado, el presidente sirio acusó al Estado francés de haberse convertido en un país vasallo de Qatar y Arabia Saudí, a cambio de petrodólares. «Francia se ha convertido en un país vasallo que ejecuta la política de Qatar y de Arabia Saudí. ¿Cómo los petrodólares pueden empujar a ciertos responsables occidentales, como Francia, a cambiar los principios de la Revolución francesa por unos millones de dólares?», se preguntó. GARA