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Madrid

Rajoy se enroca en el «no» ante el proceso soberanista catalán

«Siempre he estado dispuesto al diálogo, ahora también, pero dentro de la Constitución y la ley». El presidente español, Mariano Rajoy, se ha enrocado en la Constitución para rechazar la consulta convocada en Catalunya para el próximo 9 de noviembre.

Rajoy, en un momento del debate. (J. DANAE)
Rajoy, en un momento del debate. (J. DANAE)

Rajoy ha realizado estas afirmaciones en su primera intervención, la que abría el Debate sobre el Estado de la Nación española. También, en su réplica a Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE), quien ha insistido en su propuesta de cambio de la Carta Magna con la línea roja de la organización federal del Estado. Y, especialmente, en su intercambio con Josep Antoni Duran i Lleida, portavoz de CiU, quien le ha reclamado «diálogo» con el president catalán, Artur Mas, para evitar «una España amputada».

En todos los casos, el jefe del Ejecutivo español ha seguido aferrado a su «no» a que los catalanes puedan votar sobre su futuro. Aunque tampoco ha dado ninguna pista sobre qué movimientos realizará para impedirlo.

«Siempre he estado dispuesto al diálogo, ahora también, pero dentro de la Constitución y la ley. Sí, la Constitución puede ser reformada pero quienes quieran hacerlo deben seguir los pasos y las reglas que la Constitución establece», ha reiterado, dando vueltas en todo momento al mismo argumento: la Carta Magna de 1978 establece la soberanía en «el pueblo español», lo que invalida la petición democrática en Catalunya.

Junto a este argumento, el inquilino de Moncloa ha añadido su habitual mención a la preocupación por el futuro de los catalanes en caso de que optasen por constituir un Estado independiente. «Voy a pelear por los catalanes, por su progreso y su bienestar». Además, ha recurrido a argumentos historicistas. «La unidad de los españoles no es así porque lo diga la Constitución, sino que se incluyó porque es una realidad que refrenda una tradición, una memoria y un patrimonio comunes», ha considerado, afirmando que «no hemos conocido otra cosa que la unidad. NI queremos ni nos conviente quebrarla».

Ante esta posición, Rubalcaba ha reiterado su propuesta de modificar la Constitución con el tope del federalismo. «Hay un problema de convivencia de Catalunya con el resto de España y del resto de España con Catalunya», ha constatado, apelando a un diálogo que podría iniciarse en el propio Congreso. «Hace 35 años se pusieron de acuerdo quienes nos precedieron; unos venían de la clandestinidad, otros de las entrañas de la dictadura. ¿No vamos a ser capaces de ponernos nosotros de acuerdo?», ha afirmado, reivindicando la Transición española como modelo en un momento en el que se encuentra especialmente cuestionada.

El grueso del debate sobre Catalunya lo han mantenido Rajoy y Duran i Lleida. Este último, líder de Unió y, por lo tanto, con diferencias respecto a los planteamientos soberanistas de la Generalitat, se ha presentado como defensor del diálogo y puente, instando a Rajoy a «reaccionar».

«Ustedes han liderado la quiebra de un acuerdo entre Catalunya y España y, por tanto, como Gobierno y como líderes de este proceso de quiebra, les corresponde plantear su propuesta de marcoa en el cual la ciudadanía de Catalunya pueda vovler a confiar, para dejar a continuación que la ciudadanía se pronuncie. No es suficiente con decir no a lo que se propone», ha insistido, haciendo énfasis en que el catalán es actualmente «el principal problema político» en el Estado español.