Olaizola II-Aretxabaleta y Martínez de Irujo-Barriola ya tienen material para la final del Parejas que protagonizarán el domingo en el frontón Bizkaia. Los colorados escogieron tres pelotas algo más pesadas que las de sus rivales (106-106,5-106,9 gramos por 104,7-105,4-105,6), y todos coincidieron en señalar que las de Juan y Abel son algo más vivas, mientras que las de Aimar y Andoni tienen menos salida.

«Son seis pelotas buenas. Las nuestras son a lo mejor algo más vivas que las de ellos. Y las suyas son pelotas que no tienen tanto bote, que se paran un poco más en el frontis. Aimar normalmente suele sacar ese tipo de material», explicaba Barriola, añadiendo que se quedaron «satisfechos» y que no habrá «ninguna excusa» al respecto. «Las de ellos igual son un poco más manejables. Más fáciles de mover. Pero cada uno ha cogido lo que más le conviene y nos hemos quedado a gusto», coincidía el propio Aimar Olaizola.

Sin problemas con el material, las declaraciones prepartido se centraron en intentar disipar las dos grandes dudas que existen entre los aficionados a la hora de hacer los pronósticos. La primera incógnita es cómo responderá la maltrecha zurda de Irujo. El de Ibero se puso los tacos en la izquierda, pero apenas tocó la pelota. «Me he puesto tacos porque es incómodo estar peloteando solo con una mano. He tocado alguna pelota con la izquierda, pero solo por no estar siempre dándole con la derecha», reconocía el delantero, escarmentado de sus recientes experiencias negativas.

No obstante, confirmó que cuando el domingo salte a la cancha no pensará en el mañana, e irá a por todas desde el principio. «Estoy mentalizado para ello. Voy a venir pensando que estoy al 100% pero sabiendo que si me duele la mano tendré que apretar los dientes, sufrir y darle. No hay problema, no es la primera vez que juego en estas condiciones. Si hay que darle tres veces seguidas con la izquierda le voy a dar, mientras la cabeza me lo permita por lo menos», enfatizaba.

«Es una cosa nueva para mí»

En el otro bando, habrá que ver cómo responde Andoni Aretxabaleta en su primera final, si bien hasta el momento ha demostrado siempre una gran templanza sobre la cancha pese a contar con solo 21 años. «Respeto me da todo, porque es una cosa nueva para mí. Al final los otros tres que han llegado a la final ya saben lo que es eso, son grandes campeones, y yo no sé cómo voy a reaccionar. Cuando entre a la cancha seguro que notaré los nervios, pero mal vamos si no es así», reconocía el zaguero de Markina.

En cualquier caso, el más joven del cuarteto destacaba que «todavía es miércoles y faltan 4 o 5 días para el domingo. Estoy bien, tranquilo», y descartaba que la tremenda ilusión que se ha creado en los alrededores de su Markina natal supongan una presión adicional: «No es presión. Te animan mucho, y eso al final es bonito. Ellos están muy a gusto porque haya llegado a esta final y yo también. Me apoyan mucho y es de agradecer».

Tampoco dio mayor importancia al hecho de que, en caso de ganar, pueda poner fin a la sequía de 33 años para los manistas vizcainos sin ganar la txapela de los tres grandes campeonatos de la temporada. «Es un dato que está ahí, pero yo lo que quiero es ganar. A mí me da igual. Por supuesto que es bonito, pero no estoy pensando en eso. Yo estoy entrenando bien, sigo a lo mío, y no miro a si soy joven, vizcaino y esas cosas», zanjaba, sin querer convertirse en el centro de las miradas de cara al esperado encuentro.

«Es mi segunda final»

Abel Barriola supone la otra cara de la moneda, ya que disputará su primera final del Parejas a punto de cumplir 36 años, después de que en 2011 no le concedieran el aplazamiento y fuera sustituido finalmente por Mikel Beroiz. «La primera no, es mi segunda final, porque hace tres años también ya llegué a otra, bien ganada en la cancha además. Aquella vez no la jugué, pero otra vez la hemos ganado en la cancha y muy contento», recordó Abel dejando claro que no olvida lo sucedido entonces.

«Para mí, pase lo que pase es un premio. Es un honor haber llegado hasta aquí, pero tanto ellos como nosotros lo que queremos ahora es acabar bien el campeonato. Nos falta el último partido, la última etapa por decirlo de alguna manera, y lo que queremos es salir a por todas e intentar llegar a 22, porque y sabemos el premio que supone», añadía el zaguero de Leitza.

Y preguntado sobre si la experiencia es un grado, Abel apuntó un dato curioso de su carrera como pelotari: «Como experiencia te diré que de todas las finales que he jugado, y esta ya es la decimoprimera, las dos primeras las gané y todas las demás las he perdido. Cuando menos experiencia tenía es cuando gané las dos txapelas».

Una apreciación que refuerza, según la opinión del leitzarra, el temple que ha venido demostrando Aretxabaleta en todo el campeonato. «Ha demostrado que por encima de todo Andoni es un pelotari que sabe llevar muy bien la responsabilidad y la presión. Jugar con Aimar está muy bien, pero eso supone jugar con presión, y desde el principio hasta ahora Andoni ha llevado muy bien eso. En los partidos importantes siempre ha dado un nivel muy bueno», subrayó sobre su rival.

Una falta de experiencia que, en opinión de Aimar Olaizola, no es baladí. Para el de Goizueta, «tampoco es normal» apuntarles a ellos como claros favoritos, teniendo en cuenta la juventud de su zaguero. «Primer campeonato de Andoni, pelotari joven, jugando hasta hace poco partidos de otra categoría... y ahora plantarse en la final y decir que es favorito, eso tampoco tiene mucho sentido», argumentaba con razón el delantero.

Sin embargo, no tuvo reparos en elogiar el gran trabajo de Aretxabaleta en su primer campeonato. «Sí y no», respondía cuando se le preguntaba por si estaba sorprendido del rendimiento de su compañero. «Lo que ha demostrado es que la empresa acertó al meterle en el campeonato. Pero la empresa por algo le metió. Creo que antes del campeonato ya llevaba dos o tres meses jugando a un gran nivel. Espero que de aquí en adelante siga con nosotros, porque es un pelotari joven que va a más y que puede ser un zaguero importante para la empresa», resaltaba el goizuetarra mirando ya al futuro.