El encuentro ha transcurrido muy vivo, sin muestras de contagio de ese efecto lunes que hacen que, al menos los partidos en Anoeta, tengan poco brillo y con los donostiarras tomando el mando desde el minuto uno.

El suizo Haris Seferovic, que ha vuelto al once titular, ha tenido en la cabeza la primera gran opción de gol, pero su remate se ha ido fuera de la portería de Karnezis.

El conjunto andaluz ha sufrido inicialmente las acometidas locales que una y otra vez llegaban a los dominios del Granada, que ha sufrido otra vez en una combinación de Canales y Vela y con otro disparo del mexicano que iba a gol si no hubiera mediado una buena intervención del guardameta griego del Granada.

Se estaba gustando el equipo donostiarra cuando han llegado los avisos de El Arabi, que han dado un buen susto a los pocos aficionados que han apostado por acudir a Anoeta y, sobre todo, un disparo desde fuera del área de Recio que con las uñas ha despejado Bravo a saque de esquina.

Ha resurgido en el tramo final del primer tiempo la Real en ese toma y daca en el que se había convertido el partido y Sergio Canales ha podido marcar el gol de la jornada con un tiro desde 30 metros que ha acariciado el larguero. Recio ha respondido instantes después con un remate que ha desviado un defensa blanquiazul cuando iba claramente a gol.

Ha perdonado el Granada a los donostiarras en un remate casi bajo palos de El Arabi y luego han llegado las jugadas para la polémica, con la protesta y expulsión de Recio e, instantes después, el camino a vestuarios por tarjeta roja al local Mikel González.

El conjunto nazarí ha tenido en el tramo final una gran ocasión para haberse llevado los tres puntos en un disparo al palo de Riki, sin embargo la fortuna no estaba a favor del equipo de Lucas Alcaraz y su falta de concreción le pasaría luego factura.

El mexicano Carlos Vela, que no ha tenido su mejor noche, se ha hecho con un balón dentro del área visitante cuando se apagaba el encuentro y con su habitual maestría ha establecido el tanto que parecía iba a ser de la victoria.

No ha sido tal porque, en pleno desconcierto local cuando más fácil lo tenía, han llegado las avalanchas del Granada a la desesperada y los de Alcaraz han encontrado al final su recompensa con Ighalo, que ha llevado la locura al banquillo andaluz.

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