
Agustin Alberro (Andoain) y Koldobike Muniain (Zarautz) han hecho de portavoces de cientos de personas que son víctimas de este ataque. Pese a su gravedad, se muestran seguros de que «el efecto que van a conseguir es el contrario. El comiso de las herrikos va a ser un símbolo de la impotencia de un Estado que ha perdido la batalla política y roba a la base social de la izquierda abertzale sus locales y espacios». Creen que el objetivo último de esta ofensiva es simbólico: intentar proyectar una falsa imagen de derrota de «una fuerza política que está a las puertas de ser mayoritaria».
«Están equivocados. La base social de la izquierda abertzale va a seguir manteniendo el lugar que le corresponde en la vida social y política de los pueblos y barrios de Euskal Herria, y va a seguir trabajando por la independencia y el socialismo y llevar el proceso de normalización democrática hasta sus últimas consecuencias», han añadido.
Frente a las tesis de la sentencia, los representantes de las herrikos han reivindicado su carácter de «símbolo y ejemplo de esfuerzo popular», así como su función como «espacios abiertos para actividades culturales, para el debate y la actividad política, al servicio de los movimientos populares y de multitud de dinámicas. Eso es lo que el Estado quiere hacer desaparecer mediante el comiso».
Localizada la joven de 23 años desaparecida desde el día 25 en Donostia

El primer festival Aske pone la banda sonora a una Euskal Herria libre

La Ertzaintza deja impune la desaparición del test de drogas del hijo de un jefe policial

Mueren tres esquiadores, uno vasco, por un alud junto a los ibones de Brazato (Panticosa)
