Nerea GOTI

«Las redes son una herramienta para desmontar mitos desde dentro»

La prueba de amor ya no es el sexo, sino la contraseña de Facebook», planteó ayer la sicóloga Ianire Estébanez al explicar que internet es el espejo de las relaciones juveniles y el medio en el que circula la violencia contra las mujeres día a día. Esto se pude contrarrestar, pero ha de hacerse desde dentro mostrando otras formas de entender el amor, trabajando la educación emocional.

Las llamamos nuevas tecnologías, pero en realidad no lo son. Forman parte de nuestra vida diaria. Reflexionamos, nos relacionamos y expresamos a través de Twitter, Facebook, Whatsap... y sin embargo tendemos a pensar que ese mundo es solo virtual, no real. Deberíamos interiorizar que «están entre nosotros desde hace un tiempo y que ya están en nuestras aulas». Es el mensaje que ayer lanzó en una conferencia en Bilbo Ianire Estébanez ante profesionales de la enseñanza que desarrollan en las aulas el programa coeducativo Nahiko, promovido por Emakunde. Según dijo, son una herramienta y debemos utilizarla.

Desde su experiencia en la investigación de la violencia contra las mujeres en internet y especialmente entre la juventud, con un discurso plagado de ejemplos prácticos, Estébanez desgranó cómo se relacionan los adolescentes a través de las redes y concluyó que es importante actuar desde las aulas y hacerlo en Primaria, en esa etapa entre los 6 y 12 años en que se van creando las etiquetas, los modelos que conducen a interiorizar que lo normal es que las chicas deban gustar o que los chicos sean brutos. «`Los chicos son así', `lo hacen todos', `eso significa que te quiere mucho', esa idea de que los que se pegan se desean» son-según dijo- los totems en los que nos vamos socializando y que forjan el criterio sobre lo que más tarde se considera normal o no en una relación de pareja. Por ello, según explicó, es normal que preguntadas por la violencia en relaciones afectivas, entre las chicas aparezca la palabra amor y sin embargo, no lo haga entre los chicos.

Comentó que está excesivamente normalizado el modelo de mujer objeto como único referente sexy, como el atractivo de lo agresivo, del chico 'malote' y de las relaciones conflictivas», en una etapa como la adolescencia, que está marcada por la pasionalidad.

Microviolencias cotidianas

A juicio de Estébanez, es evidente que las cosas han cambiado mucho en el mundo de las relaciones pero sigue instalado en nuestro «microchip» la «necesidad de las chicas de gustar y atraer», de no quedarse solas sobre el fino hilo que separa que una chica consulte en la red por amor «las posturas que más le gustan a él» y la idea de que las chicas que son sexualmente libres son rápidamente etiquetadas como «putas», entre una larga relación de insultos. «Viven en una continua competición `tienes que ser sexy y gustar, pero no puedes pasar un límite que no sabes muy bien dónde está'», explicó.

«La idea del romanticismo parece ñoña, atrasada, pero en esencia sigue existiendo», comentó, cómo ellos siguen percibiendo que es «demasiado nenaza» quien se porta bien con las chicas.

En esa exposición sobre cómo viven las relaciones en las redes, Estébanez dibujó un paisaje de microviolencias, no menores que otras, pero sí menos extremas, que no se deben pasar por alto porque se multiplican rápidamente y se normalizan, como algo cotidiano. «Es una violencia día a día, hora a hora y no es virtual es real», precisó.

Ianire Estébanez comentó que «la prueba de amor ya no es el sexo sino la contraseña de Facebook», un gesto que ellas identifican como una muestra de confianza hacia su pareja. Tienden a justificar el hecho por amor y «porque no tengo nada que ocultar», apuntó, pero en realidad no son conscientes de que entregan la llave de entrada a su universo privado, pensamientos, opiniones y miles de fotografías.

Recordó que son edades en las que las emociones se viven con intensidad y trasladan públicamente sentimientos íntimos tras un enfado o una situación puntual, sin tener en cuenta que «eso queda ahí escrito». Aquello que antes se escribía en un diario con candado se lanza ahora en un chat, según explicó.

En un mensaje a los educadores, Estébanez indicó que es posible contrarrestar los modelos sexistas pero hay que hacerlo desde las propias redes, para desmontar mitos y estereotipos y mostrar otras formas de entender el amor lanzando mensajes del tipo «te quiero pero no más que a mi vida» o «te pones preciosa cuando defiendes tus derechos». El otro mensaje es que deben saber que hay alternativas para defenderse desde dentro.