Alberto PRADILLA

El PP vuelve a tapar con mentiras la muerte de dos inmigrantes en Melilla

Las condenas internacionales no han impedido que el Gobierno español insista en ocultar las muertes de inmigrantes cuando trataban de saltar la valla de Melilla y las «expulsiones en caliente», recientemente legalizadas. En este caso, lo hace a través de una respuesta parlamentaria dirigida a Jon Iñarritu (Amaiur) en la que niega el fallecimiento de dos nigerianos el 30 de agosto del pasado año.

El 30 de agosto del pasado año, dos migrantes subsaharianos murieron a las puertas de Melilla, tras intentar saltar la valla que separa Marruecos de la ciudad autónoma española. El primero de ellos, Roumian Tissé, de 26 años, cuyo cadáver apareció en la morgue del hospital Hassani de Nador, donde pudo ser visto por activistas de una ONG local. Al segundo, también camerunés, se lo tragó la tierra y solo queda el testimonio de su hermano, quien observó cómo su cuerpo era trasladado por las Fuerzas Auxiliares marroquíes. Nunca volvió a saber nada más de él. Para el Gobierno español ninguno de los dos existe. En una respuesta remitida a Jon Iñarritu, diputado de Amaiur, el Ministerio del Interior ignora deliberadamente el fallecimiento de estos dos inmigrantes, repelidos en la verja y posteriormente agredidos por los uniformados marroquíes, tal y como reflejó la prensa en aquel momento.

Aunque es la más grave, esta no es la única falsedad que se incluye en el documento oficial. Como es habitual, el departamento que dirige Jorge Fernández Díaz, utiliza el folio escaso en el que desgrana sus respuestas para dar una versión que contradice abiertamente lo ocurrido la noche en la que dos centenares de personas trataron de alcanzar la ciudad autónoma. Unos hechos de los que fue testigo el propio Iñarritu, que comprobó cómo los migrantes eran expulsados del interior del perímetro por agentes de la Guardia Civil y miembros de las Fuerzas Auxiliares, que traspasaron a territorio español para atrapar a lo subsharianos que permanecían en lo alto del vallado y trasladarlos a Marruecos, donde nuevamente fueron golpeados.

Sin coincidencia con la realidad

La respuesta del Gobierno español sí que reconoce que 250 personas trataron de alcanzar Melilla en la madrugada del 30 agosto. A partir de ahí, el parecido del relato de Interior con la realidad es pura coincidencia. Afirma el Ministerio que el intento de salto fue «masivo, violento e ilegal», culpando a los inmigrantes de los posibles daños. En esta línea, da una cifra de heridos, seis en total, que no se corresponde con lo ocurrido. Según esta versión, un guardia civil habría sufrido una contusión en el codo mientras que cinco subsaharianos resultaron heridos, sin conocerse el alcance de los daños. ¿Cómo se produjeron las heridas? El Departamento de Fernández Díaz lo obvia. También ignora que, según las ONG locales, otras 20 personas fueron atendidas en el hospital de Nador, la ciudad marroquí más cercana a Melilla y a donde se traslada a aquellos migrantes que son expulsados, así como a los que reciben golpes por parte de las Fuerzas Auxiliares de Rabat.

El papel de los militares marroquíes, muy activo en el control del perímetro, también es minusvalorado deliberadamente por Interior. «No se permitió a las Fuerzas Auxiliares entrar en el perímetro de la valla», asegura el documento, lo que contradice abiertamente lo que denunciaron tanto los migrantes expulsados como las personas que pudieron observar la operación. Sí que reconoce que 60 de los subsaharianos permanecieron varias horas en la verja. Aunque asegura que, progresivamente, decidieron no intentar cruzarla. Lo que omite el Gobierno español en este caso es que estas personas fueron golpeadas cuando se encontraban encaramadas, que descendieron a la parte española de la valla y que, una vez allí, fueron reducidos y trasladados a Marruecos por las aperturas que existen en la verja. Nada de ello queda reflejado en el documento oficial remitido a Iñarritu ya que estas prácticas son ilegales según los tratados firmados entre Madrid y Rabat, y la normativa europea sobre asilo, ya que muchos de los subsaharianos que tratan de llegar a Europa proceden de países en guerra. De hecho, pese a que el Gobierno del PP haya aprovechado la Ley de Seguridad Ciudadana para darles un barniz de legalidad es posible que Europa termine por censurarlas.

La visita del comisario de DDHH: nuevo palo previsible

La situación de Ceuta y Melilla y el trato que sufren los inmigrantes que tratan de cruzar la valla estará en el centro de la visita que el comisario de Derechos Humanos de la Unión Europea, el letón Nils MuiÏnieks, tiene previsto realizar al Estado español este mes de enero. Con anterioridad, el funcionario comunitario ya se mostró crítico con el Gobierno español y las medidas adoptadas como la persecución de manifestantes, pero ahora parece que se centrará en la situación de las dos ciudades autónomas. La presión desde Europa no gusta a las autoridades españolas, que han reaccionado con desaires cuando altos cargos como la excomisaria de Interior Cecilia Malström han puesto en cuestión el trato que se da los subsaharianos, instando a Madrid a desarrollar investigaciones efectivas que permitan depurar responsabilidades en los casos de los migrantes agredidos en la valla y destapados por ONGs como Prodein. A.P.