Oihane LARRETXEA
Donostia

«ARGITU», LUZ EN LA FACTURA ENERGÉTICA

Al propio consumidor le pertenece la información sobre su consumo energético, pero la factura, a día de hoy, es opaca. La Diputación de Gipuzkoa ha creado “Argitu”, una aplicación con la que se puede conocer en tiempo real qué, cuánto y cómo consume cada hogar. El objetivo, lograr la eficiencia energética y ahorrar.

La factura que llega a cada uno de nuestros buzones sobre el consumo de energía que hemos realizado en los dos meses precedentes apenas se limita a informar sobre el consumo de kilowatios y el coste que ello supone para nuestro bolsillo. Falta el detalle del resultado, es decir, conocer cuánto consumieron las lavadoras que pusimos, la calefacción que calentó la casa durante el invierno o si derrochamos o no en iluminación, por poner unos ejemplos. Y aunque así debería serlo, las compañías no facilitan esa información tan elemental a los propios clientes, que permitiría corregir los posibles «malos usos» que en el día a día se hace de los electrodomésticos. Solventar esos pequeños «errores» se puede traducir en unos cuantos euros de ahorro al mes.

Partiendo de esa idea –y a su vez de ese objetivo final–, la Diputación de Gipuzkoa ha puesto en marcha la aplicación “Argitu”, que permitirá conocer en tiempo real cuál es el consumo de cada hogar. El nombre no es casual; más bien lo contrario, porque lo que busca es dar luz a las facturas. La aplicación es gratuita y consiste en un programa que va unido a un medidor digital que, instalado en el cuadro eléctrico de la vivienda, ofrece información como el histórico de los consumos, el gasto de los electrodomésticos.

Por el momento, el proyecto se pondrá en marcha en las localidades que conforman la comarca de Urola Erdia, así como en Tolosa y en Orendain, aunque próximamente se extenderá a todo el territorio. Asimismo, y al margen de las viviendas de particulares, se ampliará a otros sectores, como los servicios y las industrias porque muchos han mostrado ya su interés.

Errores y consejos

Tal y como explicaba recientemente Garbiñe Olaberria, técnico medioambiental, el primer paso es entrar en la web ya habilitada: www.argitu.eus. Una vez dentro, el titular del contrato de suministro eléctrico tendrá que registrarse de forma gratuita y dar permiso para acceder a los datos del contador eléctrico en cuestión. Transcurridas unas dos semanas, los propios servicios serán quienes se encarguen de la instalación. Estos, a su vez, aportarán la clave para utilizar el programa. Según Olaberria, el único requisito es tener conexión a internet, porque los datos se consultan a través de la red.

El programa, además, permitirá al cliente conocer su evolución y hábitos de consumo de cada mes, de forma que es posible realizar comparaciones entre periodos. También informa sobre los ahorros logrados, y da consejos prácticos que clasifica según su dificultad para corregir los usos incorrectos. En este sentido, el diputado de Medio Ambiente, Iñaki Errazkin, dijo que «se trata de fomentar el consumo responsable», y subrayó que todos los consejos son «realizables».

Para Olaberria, desgranar la información es muy valioso, y puede resultar incluso sorprendente, como, por ejemplo, comprobar que se tiene contratada una potencia mayor que la que se consume. Modificar el contrato y adaptarlo a las necesidades reales permitiría un ahorro. Ángel García, del Ayuntamiento barcelonés de Rubí, que visitó Donostia para hablar sobre la experiencia que tienen allí, habló de las ventajas de conocer el ADN de las facturas y de los problemas con las compañías. «Las compañías nos denegaron la instalación del contador digital, así que tuvimos que poner un aparato intermedio. Reconocen que los datos pertenecen al cliente, pero no las infraestructuras para emplearlos. Es evidente que la eficiencia energética no les conviene», sostuvo.

Sobre los objetivos que se ha marcado la Diputación de Gipuzkoa, Ainhoa Iraola, directora foral de Medio Ambiente, dijo que, teniendo en cuenta que el 22% del consumo del territorio se produce en las viviendas, y si se logra su aplicación en los hogares «y se crea comunidad», se podría reducir hasta el 18%.

 

«Rubí brilla»: proyecto catalán que ha inspirado a Gipuzkoa

El pueblo de Rubí, en la comarca catalana del Vallés Occidental, ha sido el espejo en el que se ha mirado la Diputación de Gipuzkoa para emprender su proyecto. El programa “Rubí brilla” se puso en marcha en 2013 y en menos de dos años las familias que participan en él han ahorrado más de 7.400 euros en conjunto.

Según explicó Ángel Ruiz, coordinador de la aplicación, la factura se ha reducido alrededor de un 18%, una cifra que a priori puede parecer menor… salvo que se plantee la siguiente reflexión: «¿Qué lograríamos si estos datos se extrapolaran a nivel mundial?», preguntó. Invitó a imaginar que Europa aplicara un programa similiar y lograra ahorrar no ya un 18%, sino un 10% de su consumo. Eso se traduciría en un ahorro de 240.000 millones de euros y el cierre de 40 centrales nucleares.

Sobre el día a día de “Rubí brilla”, resaltó que aprenden en comunidad, a través del foro. «A veces pensamos que cambiando todo a luz led reducimos el consumo, y puede que no sea así, porque cada caso es particular». En el suyo, el 60% del consumo provenía de la calefacción, «algo que desconocía» hasta que logró desgranar sus hábitos, gracias a la aplicación. Asegura que la adecuación de la temperatura le supuso un ahorro «brutal» sin pasar frío. Porque, tal y como recordó, «no hablamos de ahorro energético, sino de eficiencia energética, es decir, de mantener el confort con un menor consumo». O.L.