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Ankara

Conflicto diplomático entre Turquía y el Vaticano por el genocidio armenio

El Papa utilizó el término «genocidio» para describir las masacres de armenios de hace un siglo, lo que provocó la indignación de Turquía, que llamó a consultas a su representante en el Vaticano. Ankara calificó la opinión del pontífice de «infundada» y «parcial».

«En el siglo pasado, nuestra humanidad vivió tres grandes tragedias sin precedentes. La primera, considerada generalmente como ‘el primer genocidio del siglo XX’, golpeó vuestro pueblo armenio», dijo el papa Francisco en una misa en la basílica de San Pedro, citando por primera vez en público una declaración firmada por Juan Pablo II y el patriarca armenio Karekin II en 2001.

Muchos historiadores describen estas matanzas como el primer genocidio del siglo XX, pero Turquía niega con firmeza que hubiera una planificación detrás de esos crímenes.

El discurso irritó a autoridades turcas y la reacción fue inmediata. Tras un intenso tráfico de llamadas telefónicas, el Ministerio de Exteriores convocó al representante del Vaticano en Ankara para pedirle explicaciones y entregarle una nota de protesta. Después llamó a consultas a su embajador en Roma, Mehmet Pacaci.

El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, afirmó que las afirmaciones del Papa son «inapropiadas» y «parciales», mientras que el jefe de la diplomacia turca, sostuvo que las declaraciones del Papa «están alejadas de la realidad histórica y legal».

«Inmensa masacre»

El obispo de Roma pronunció esas palabras al abrir una misa en memoria de los armenios masacrados entre 1915 y 1917, en los últimos años del Imperio Otomano. La liturgia fue celebrada junto al patriarca armenio Nerses Bedros XIX Tarmouni, y en presencia del presidente de Armenia, Serzh Sargsyan.

«Recordamos el centenario de ese trágico suceso, esa inmensa e insensata masacre cuya crueldad tuvieron que soportar vuestros antepasados», dijo Francisco en la misa. Los armenios estiman que 1,5 millones de los suyos murieron entre 1915 y 1917, por las matanzas, además de por el hambre y las enfermedades sufridas durante las deportaciones masivas, y que se trató de un genocidio.

Ankara insiste en que no hubo ningún plan de exterminio de la población armenia. Según su versión, se trató de «daños colaterales» en una «guerra civil» en la que murieron entre 300.000 y 500.000 armenios y otros tantos turcos, cuando los primeros se levantaron contra sus gobernantes otomanos y apoyaron a las tropas rusas, en plena I Guerra Mundial.

Uruguay fue el primer país del mundo en reconocer como genocidio estas matanzas, en 1965. Actualmente, más de 20 países lo reconocen, entre ellos el Estado francés, Italia y Rusia.

También lo hizo Argentina, que alberga la mayor comunidad armenia de América Latina y la tercera del mundo, con unos 100.000 miembros. «Creo que es muy valiente», declaró a la agencia AFP el vaticanista Marco Tosatti. «Antes de ser papa, Jorge Bergoglio había declarado claramente en varias ocasiones que se trataba de un genocidio. Citando a Juan Pablo II, ha reforzado la postura de la Iglesia», añadió.

En 2014, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, entonces primer ministro, expresó sus condolencias por las masacres por primera vez. No obstante, el poder turco sigue achacando la mayoría de las muertes a los «disturbios».

Los muertos hace un siglo eran principalmente cristianos, y aunque las masacres no estaban abiertamente motivadas por razones religiosas, el pontífice aprovechó para compararlas con las de los cristianos actuales perseguidos por los yihadistas en varios países de Oriente Medio y África.

«Hoy también estamos viviendo una suerte de genocidio creado por la indiferencia general y colectiva», afirmó. Francisco añadió que los otros dos genocidios del siglo XX fueron «perpetrados por el nazismo y el estalinismo», ocurridos antes de «otros exterminios masivos, como los de Camboya, Ruanda, Burundi y Bosnia».