Los dos favoritos para alcanzar el último y decisivo partido de la competición han dado una de cal y otra de arena en sus ambiciones por alcanzar la gran final. Mientras que el Sevilla ha sacado pecho tras el encuentro que ha disputado en el Ramón Sánchez Pizjuán, el Nápoles ha acabado con la cabeza gacha tras defraudar ante el Dnipro.

El cuadro de Unai Emery no ha fallado en la ida de las semifinales de un torneo que el Sevilla aspira a ganar por cuarta vez. Nadie lo ha conseguido, sería el primero en llegar a ese número de trofeos y superaría a Inter de Milán, Liverpool y Juventus, que también suman tres.

Ese reto, y también llegar a la Liga de Campeones de manera directa si se proclama campeón, es un premio demasiado goloso para el Sevilla, que ha propueso al Fiorentina un partido sin ningún tipo de reserva y sin esconder sus intenciones: ganar.

Dentro de esa ambición, Aleix Vidal ha sido el gran protagonista de su equipo. El centrocampista de Tarragona no solo ha marcado los dos primeros goles del Sevilla, también ha sido un incordio constante para el conjunto italiano, que, hasta la explosión total del futbolista de la escuadra andaluza, también ha podido marcar algún gol.

Ese ha sido el precio que ha tenido que pagar el Sevilla. La locura en el fútbol a veces tiene consecuencias. Sin embargo, en los momentos cumbre del choque, el cuadro de Emery ha tenido una pizca de fortuna con un fallo de Matías Fernández debajo de la portería.

El Fiorentina no ha aprovechado su ocasión y se ha dejado un gol por el camino. El Sevilla ha hecho el tercero por medio de Kevin Gameiro y ha dejado casi sentenciado su pase a la final. Sus opciones de lograr su cuarto título siguen intactas.

Mientras, el Nápoles, en el estadio de San Paolo, no ha podido pasar por encima del Dnipro italiano. El equipo de Rafael Benítez es el gran favorito de la eliminatoria y tiene muchas ganas de repetir un título que no levanta desde 1989, cuando Diego Armando Maradona dirigió a una ciudad entera hacia una alegría que todavía no han podido repetir.

El conjunto ucraniano ha planteado un partido rocoso y muy complicado para el Nápoles, que se ha atascado durante toda la primera parte y apenas ha tenido tres momentos de inspiración en la segunda. Los han protagonizado David López y Gonzalo Higuaín. El primero, con acierto, ha abierto el marcador. El segundo, en un par de ocasiones, no ha sido capaz de batir al portero Deny Boyko.

El Nápoles ha pagado sus fallos y en prácticamente la única ocasión de la que ha gozado el Dnipro, en el minuto 81, ha marcado para subir el empate al marcador. El culpable ha sido Yevhen Seleznyov, que en el primer balón que ha tocado tras salir desde el banquillo, ha marcado un gol que vale oro para sus compañeros.

En una semana, los hombres de Benítez tendrán que disputar otro partido muy duro para lograr el pase a la final. No está nada decidido y el nombre del otro equipo que acompañe al más que probable finalista, el Sevilla, tendrá que esperar al resultado final del choque que se disputará en el estadio Dnipro Arena.