La Juventus será el rival del Barcelona en la final de la Liga de Campeones que se disputará en Berlín el 6 de junio. El conjunto italiano ha dejado en la cuneta al vigente campeón, el Real Madrid, que no ha podido consumar una remontada que ha paladeado durante bastantes minutos.

Tras el 2-1 de la ida, el conjunto blanco necesitaba un solo gol para ponerse en ventaja, por lo que ha optado por no salir en tromba y buscar con paciencia la portería de Buffon. Las oportunidades han ido cayendo de lado local –han sido 22 disparos a puerta en total– pero sin acierto. En el minuto 23, James Rodríguez ha caído en el área y Cristiano se ha encargado de transformar la pena máxima. El portugués ha firmado otro desangelado partido de la máxima trascendencia, algo que le ocurre con frecuencia.

La tocaba a la Juve tomar la iniciativa, pero los blanquinegros también nadaban y guardaban la ropa porque la desventaja era mínima y solo necesitaba cazar una buena oportunidad. Y eso ha hecho Morata, que ya marcó en la ida, cuando ha bajado un balón con el pecho en el punto de penalti y ha fusilado a Casillas (m.57).

El partido volvía a la posición de salida, pero con poco más de media hora por delante. El Madrid tenía que volcarse al ataque para forzar la prórroga y Ancelotti ha echado mano de Chicharito, su talismán en semifinales. Sin embargo, las mejores ocasiones han sido para los italianos, y solo el discutido Casillas ha mantenido viva la eliminatoria.   

El Real Madrid mandaba balones al área, caramelos para Buffon y su defensa, que no han sufrido em exceso para mantener el empate. La Juventus jugará así su octava final –la última contra el Milan en 2003– en busca de su tercer título, tras los logrados en 1985 y 1996.