
El tribunal había pedido la pena capital para Morsi el pasado mayo y había remitido su recomendación al gran mufti Shawqi Allam, la más alta autoridad religiosa del país, un paso exigido por la ley para las penas de muerte. El guía supremo de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badia, también ha sido condenado a muerte. Ambos veredictos pueden ser apelados.
El exmandatario, junto con otros líderes de Hermanos Musulmanes, escaparon de la prisión de Wadi al-Natrun el 28 de enero de 2011, después de que esta fuera rodeada por otros dirigentes de la organización durante los 18 días que duró el levantamiento que derrocó a Hosni Mubarak.
Previamente, el tribunal había condenado a cadena perpetua a Morsi y a Badia, al igual que a otros 15 altos cargos de Hermanos Musulmanes, por «conspiración con grupos extranjeros», en referencia a Hamas, Hizbullah y la Guardia Revolucionaria iraní.
Desde el derrocamiento de Morsi por parte del Ejército egipcio, las autoridades han perseguido a los simpatizantes, integrantes y líderes de los Hermanos Musulmanes.
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