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ATENAS

La comisión de expertos concluye que Grecia no debe pagar la deuda

«Grecia no solo no puede pagar la deuda, sino que no debe pagarla, porque la deuda proveniente de los acuerdos con la troika infringe directamente los derechos humanos de los griegos», concluye la declaración preliminar de la investigación llevada a cabo por la comisión internacional de expertos, coordinada por el politólogo belga Éric Toussaint.

La comisión internacional de expertos que lleva a cabo una auditoría de la deuda pública griega ha analizado el periodo comprendido desde la firma del primer rescate con las instituciones, la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2010 hasta la actualidad, aunque su objetivo es «analizar el crecimiento de la deuda pública griega desde la década de 1980».

Según recogen las conclusiones preliminares de los expertos, Grecia ha sido y es aún «víctima de un ataque premeditado y organizado» por el FMI, el BCE y la CE. «Esta misión violenta, ilegal e inmoral tiene como objetivo exclusivamente trasladar la deuda privada al sector público», destaca.

Entre las personas que han comparecido durante estos meses ante los expertos, destacan el que fue consejero del presidente de la Comisión Europea, Philippe Legrain, y el ex representante griego del Fondo Monetario Internacional, Panayotis Rumeliotis, quienes, según la presidenta del Parlamento griego, Zoé Konstantopoulou, admitieron que el «plan griego fue dictado para forzar al país a pagar la deuda».

Asimismo, Toussaint, portavoz del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, atacó al FMI y mostró un documento que habría facilitado Rumeliotis en el que se asegura que el organismo era consciente del alto coste social de las medidas exigidas, así como de que contribuirían a incrementar la deuda.

Según Toussaint, la crisis griega fue responsabilidad de los bancos, como ocurrió en Estados Unidos, Irlanda y el Estado español, y aseguró que «en el periodo anterior a la crisis el gasto público griego era inferior a la media de los países europeos occidentales».

Reiteró que tan solo una pequeña proporción de los créditos otorgados a Grecia llegaron a ser usados para el gasto corriente del Estado, ya que la mayor parte del dinero prestado se destinó a la devolución de la deuda. «Menos del 10% de los fondos de los rescates llegaron a la población griega», remachó Toussaint.

Konstantopoulou, además, enfatizó que «este Gobierno es el primero que no ha colaborado ni participado en la creación y en el aumento de la deuda, por lo que el Parlamento está legitimado para usar todas las herramientas para no pagarla, aún más si pone en peligro los derechos de la gente».

La presidenta de la Cámara reiteró que el pueblo griego no es responsable de la deuda pública, sino «víctima» de ella. Asimismo, recordó la exigencia de las reparaciones de guerra a Alemania, y argumentó que Grecia fue «generosa» con el país germano respecto al alivio de la deuda en 1953 a pesar de que se habían cometido crímenes contra la humanidad, por lo que reprochó no recibir ahora esa generosidad de vuelta.

En el inicio del acto estuvieron presentes el primer ministro griego, Alexis Tsipras, y ministros y miembros del equipo de Gobierno, así como expertos y activistas internacionales en temas relacionados con la deuda, sobre todo de Argentina, Ecuador y Brasil.

La presentación de las conclusiones de esta auditoría llega en un momento clave para Grecia, con las negociaciones con los acreedores encalladas, el día antes de la reunión de los ministros de Finanzas del euro.

 

Miles de griegos muestran su apoyo al Gobierno

Miles de personas se manifestaron ayer en Atenas para apoyar al Gobierno griego en las negociaciones con los socios y exigir el fin de las políticas de austeridad.

La concentración, que se fraguó a través de las redes sociales bajo el lema “Tomemos el acuerdo en nuestras manos-Abajo la austeridad”, reunió a cerca de 7.000 personas, según la policía, en la céntrica plaza de Syntagma.

“Fin de la austeridad”, “Nuestra vida no pertenece a los acreedores” o “La soberanía de Grecia es innegociable” fueron algunas de las pancartas que se podían leer en la protesta que congregó a simpatizantes del partido gobernante Syriza, a muchos ciudadanos anónimos y a miembros de plataformas contra la austeridad.

El primer ministro, Alexis Tsipras, volvió a insistir ayer en que las exigencias de las instituciones son imposibles de cumplir y que lo que necesita Grecia es un programa que garantice la sostenibilidad de la economía y acabe con el «círculo vicioso de la austeridad». GARA