Martxelo DÍAZ-Beñat ZALDUA

Esteladas, momotxorros y gritos por la independencia

La avenida Meridiana parecía una riada de esteladas en la tarde de ayer. Cientos de miles de personas volvieron a salir a la calle para proclamar que quieren decidir su futuro. Y lo hicieron una vez más de manera festiva, cantando a Lluís Llach y coreando gritos a favor de la independencia.

Entre los cientos de miles de catalanes que ayer acudieron a la Meridiana estaba Margarita Cerdán. Fue con varios miembros de su familia al tramo 55. Vestía una camiseta de Súmate, el colectivo que agrupa a catalanes que han nacido en otras partes del Estado pero que tienen claro que desean una Catalanuya independiente. Margarita no tiene reparos en reconocer que suma ya 71 años. Aunque nació en Málaga, llegó a Barcelona con cuatro años. Su padre abandonó su tierra por su actividad sindical. Margarita cuenta que pasó ocho años en un campo de concentración francés y doce años en la cárcel Modelo.

«Catalunya ha acogido a mucha gente y quiero que siga siendo así. Aquí nosotros pudimos tener un hogar y tuvimos trabajo. Estamos hartos de que nos humillen, quiero que Catalunya vuelva a ser una tierra de acogida, como lo era. Ahora no le dejan», explica mientras sus hijos asienten ante las palabras de su madre.

Los gritos a favor de la independencia eran los más coreados mientras los congregados en el tramo 68 esperaban la llegada del puntero que marcaba la vía hacia una república propia. También cantaban “L’Estaca”, la emblemática canción de Lluís Llach, y hacían ondear sus esteladas cuando pasaban los helicópteros, que tomaron imágenes espectaculares. La llegada del puntero era recibida con aplausos y más gritos a favor de la independencia.

Zanpantzar en la Diada

El día amaneció lluvioso en Barcelona, pero con el paso de las horas el sol apareció y se hizo amo y señor. Cuando el zanpantzar y los momotxorros de Judimendi comenzaron a bajar por la Meridiana, pegaba de lo suyo. A los catalanes les parecía una imagen de lo más curiosa. Y estruendosa. Eran muchos los que aprovechaban para fotografiarse con esos seres tan extraños. «Son vascos». Era una explicación que les convencía.

Formaban parte de la comitiva de Independentistak que acudió ayer a Barcelona. Su portavoz, Txutxi Ariznabarreta, destacaba la importancia de esta Diada, vinculada a las elecciones del día 27. «Los catalanes están dando hoy un paso importantísimo, es un punto de inflexión», señalaba.

«Lo que está ocurriendo en Catalunya es decisivo. Desde Euskal Herria tenemos que hacer algo más que estar mirando y mostrar nuestra solidaridad. Es la hora de organizar la complicidad y de que nosotros también nos mojemos. Creo que en Euskal Herria todavía no somos conscientes de la importancia que tiene también para nosotros la vía que están abriendo en Catalunya», añadía.

El diputado de Amaiur Sabino Cuadra y los miembros de Sortu Pernando Barrena y Maite Ubiria acudieron a la cita de Independentistak por la mañana en Euskal Etxea. Cerca de allí, en el Fossar de les Moreres, eran miles las personas que se acercaron a honrar a los muertos en la defensa de Barcelona en 1714. Durante toda la mañana se sucedieron los castells y el canto de “Els segadors” por parte de diferentes colectivos populares. Y el camino sigue.