«No se trata de la reacción ante la iniciativa de un parlamento, sino la defensa de todo un país». Mariano Rajoy, en tono solemne, se ha presentado en la sala de prensa de Moncloa para repartir advertencias y mantener el mismo mensaje amenazante que ha mostrado desde que el 9 de noviembre se aprobó la declaración independentista en el Parlament. El presidente español ha anunciado el recurso, que se había interpuesto en el Tribunal Constitucional una hora antes de su comparecencia (a las 11.30 horas). Además, ha señalado directamente a 21 altos cargos catalanes. Dando por hecho que el Alto Tribunal suspenderá el texto, pide que sea notificado personalmente a personas como Carme Forcadell, presidenta del Parlament, o Artur Mas, jefe del Govern en funciones. El Tribunal Constitucional, por su parte, recoge el guante y se reunirá hoy a partir de las 16.30 horas, por lo que la suspensión podría darse esta misma tarde.

«Pretenden poner en riesgo unidad de la nación y este Gobierno la va a defender con firmeza», ha iniciado Rajoy su alocución, apoyándose en las bases planteados por el Consejo de Estado. «Persiguen vulnerar la Constitución, incumplir el Estatuto y cuestionar la integridad de España», ha razonado, considerando que el Parlament catalán «pretende arrogarse un poder constituyente que no le corresponde». «Pretenden arrogarse una soberanía que solo corresponde al pueblo español», ha remarcado. En realidad, el argumentario no da más de sí: la soberanía reside únicamente en la ciudadanía española, las instituciones catalanas no tienen derecho a dar ningún paso en ese sentido y todo lo que se avance se recurrirá y se intentará frenar bajo amenaza.

A la hora de concretar las advertencias, Rajoy se ha centrado en los altos cargos catalanes: se apunta a Carme Forcadell como presidenta del Parlament, a Artur Mas y al resto de miembros en funciones del Gobierno, así como a los integrantes de la Cámara catalana. Al TC se le pide que notifique personalmente la suspensión con el objetivo de tenerlos atados en caso de la anunciada desobediencia. Qué ocurriría a partir de entonces es una incógnita.

El artículo 155

Nuevamente ha sido interrogado sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución española, que faculta al Ejecutivo de Madrid a obligar a otras instituciones a cumplir con mandatos del TC. En este punto, Rajoy ha mantenido su amago habitual. Dice que le gustaría no tener que hacer nada más, pero amenaza. «Me gustaría que el último paso sea el que hemos tenido que tomar hoy, que hubiera una rectificación», ha señalado. Sin emgargo, mantiene la espada de Damocles. «Me gustaría no tener que tomar ninguna decisión más. Pero soy el presidente del Gobierno y no voy a aceptar que liquiden las normas de convivencia. Si no se cumplen las resoluciones el Gobierno actuará. Lo hará con firmeza y con proporcionalidad, pero lo hará», ha afirmado.

Por ahora, Rajoy ha lanzado los mensajes a Catalunya desde la distancia. El lunes lo hizo desde Béjar, en Salamanca, y hoy desde Madrid. El sábado se desplazará hasta Barcelona para lanzar sus amenazas «in situ». Lo hará, tal y como ha anunciado, en un acto de partido, cuando el PP presente sus listas al Congreso español. Un aterrizaje que se producirá después de que el TC haya suspendido la declaración de soberanía aprobada por la mayoría del Parlament.

La única sorpresa que han dado los magistrados han sido la de los tiempos. Se esperaba que los 11 jueces del órgano presidido por el exmiembro del PP Francisco Pérez de los Cobos mantuviese su reunión mañana. Los togados han optado por acelerar los tiempos y se reunirán hoy mismo a partir de las 16.30 horas. Es decir, que por la tarde ya podría estar lista la admisión a trámite del recurso y, por lo tanto, la suspensión.