
El documento, titulado «I ara què? Fil a l'agulla», recoge «los mínimos que consideramos imprescindibles, como suelo ético y político, para un acuerdo de bases que garantice, desde el primer minuto, que el presente y el futuro ya no se parecerán al pasado».
La formación independentista subraya en un comunicado que «nunca firmamos cheques en blanco, a nada ni a nadie, ni siquiera a nosotros mismos», y matiza que el documento «no es el programa político de la unidad popular, ni los máximos programáticos, por los cuales seguiremos trabajando sin renunciar».
La CUP explica que la negociación se basa en tres ejes indisociables y fundamentales, que son «la ruptura democrática, un plan de choque de emergencia y urgencia social y un proceso constituyente popular y no elitista».
Y recuerda que desde el primer momento advirtió de que «la clave era el qué, el cómo y el cuándo antes de abordar un quien que debería ser –a nuestro criterio y juicio– necesariamente coral, colegiado y asociado; un país, ya, de todas y todos».

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