Larraitz Ugarte

La realidad de Bidegi frente a la honorabilidad de los intocables

Larraitz Ugarte ha estado en el ojo del huracán por liderar la denuncia de los escándalos de Bidegi en la AP1, que se instruyen en los tribunales. Ahora ha prologado el libro «Caso Bidegi, ¿a dónde ha ido a parar el dinero?». En el texto, que resume y reproduce GARA, hace apología de la honestidad en la función pública y cita los problemas que acarrea.

Larraitz Ugarte, en una imagen de archivo. (Jon URBE / ARGAZKI PRESS)
Larraitz Ugarte, en una imagen de archivo. (Jon URBE / ARGAZKI PRESS)

Si has decidido comprar o leer este libro seguramente será porque te invade la curiosidad de profundizar en el caso Bidegi, traspasando el silencio, cuando no la manipulación directa, a la que optó la gran mayoría de los medios de comunicación que vieron peligrar el prestigio de algunas gentes y empresas importantes y partidos afines.

Cuando el autor del libro vino a mi despacho, se me presentó la ocasión de que que alguien con todos los datos en la mano pudiera hacer una lectura propia de lo que sucedió en Bidegi en la legislatura 2007-2011, con un PNV en el poder que pensaba que nunca iba a abandonar y una oposición desde no muy fiscalizadora, aletargada o totalmente engañada en el mejor de los casos, hasta la más cómplice, me atrevería a decir.

Este libro es una gran oportunidad para el equipo que hemos estado trabajando en este tema porque en él vas a poder leer lo que verdaderamente encontramos: que se abonaron 30 millones de euros en conceptos que no se habían ejecutado en la construcción de la autopista AP1 que une Gasteiz con Eibar. Digan lo que digan, amenacen con perseguirnos estemos donde estemos… aquí estamos, señora Mendoza, aquí estoy, señora Arrizabalaga para que quede claro que el partido al que representan pagó por unos conceptos inexistentes. No sabemos si de manera consciente o inconsciente, si fueron simplemente engañados por sus técnicos para que grandes empresas constructoras se lucraran con el dinero de todos/as por algo que no habían hecho; si eran los usos o costumbres de la época; si existen similitudes con casos recientes como el de Convergencia en Catalunya o el PSOE y el PP en otros ámbitos… Quizá nunca lo sepamos.

Pero sabemos que esos 30 millones de euros se pagaron. Y sabemos, porque tenemos numerosas pruebas documentales que lo acreditan, que esos trabajos no se ejecutaron.

Matar al mensajero para desacreditar un relato es fácil. Matarlo si tienes los medios de tu lado más. Nunca ha habido un fair-play en este asunto.

Ahora, los mismos que abonaron 30 millones por trabajos no ejecutados son los que tienen la sartén por el mango. La información, la documentación está en sus manos. Han cambiado de abogados. Han decidido hacer con los técnicos de la Diputación «nuevos informes» que previsiblemente y salvo sorpresa mayúscula dirán que toda la documentación y las querellas presentadas no están en lo cierto. Y la gran mayoría de los medios de comunicación les darán cobertura. Luego saldrá el PNV diciendo que todo esto es una obsesión de EH Bildu para derribar a su enemigo y que esto responde a intereses electorales de la coalición. Una parte de la sociedad posiblemente quedará satisfecha con sus explicaciones porque preferirá pensar que estamos gobernados por gente honesta o que «como todos lo hacen…»

Pero si tú has decidido leer este prólogo es porque quieres saber, porque necesitas argumentos con los que enfrentarte a todas las voces que tratarán de echar tierra a la falta de la misma en el depósito de sobrantes de Basagoiti. Sólo te puedo decir una cosa: todo lo que vas a leer es cierto. Y grave, muy grave. Grave por la cantidad y grave por la impunidad con la que se pueden realizar este tipo de actuaciones de no ser por el cambio de gobierno foral que se produjo en el 2011 y que se pudo investigar con todos los medios económicos y técnicos que tiene una administración.

El compromiso de la Diputación gobernada por Bildu con la honestidad, con el cuidado del dinero público y con la transparencia en la gestión nadie la pone en duda ya. El dinero de todos/as es de todos/as y hay que administrarlo con equidad y justicia. Y si no es así, hay que denunciarlo. Denunciarlo y actuar.

La Diputación actuó interponiendo dos querellas: una en noviembre de 2014 y la otra en mayo del 2015. Ambas fueron admitidas a trámite y siguen su curso. Ello mismo indica que existen indicios razonables de la comisión de delitos de malversación de fondos públicos y falsedad documental entre otros. Ocho imputados, entre ellos una edil del PNV, trabajadora de Bidegi. Algún día no muy lejano, el diputado general de Gipuzkoa y los alcaldes de Lazkao y Donostia tendrán que dar explicaciones en el Juzgado. Queda un largo camino que recorrer en los tribunales.

Esta investigación ha sido muy difícil, por su dificultad técnica y jurídica en primer lugar. Las pruebas estaban ocultas y no fue sino la casualidad de haber encontrado un depósito de tierras a medio llenar donde se suponía que tenía que estar lleno lo que nos llevó a iniciar la investigación en 2014. Pero en honor a la verdad, ha sido aún más arduo debido a que no ha sido tarea fácil encontrar personas o empresas que estuvieran dispuestas a analizar las pruebas y a emitir dictámenes o informes que pudieran poner en duda la honorabilidad de los intocables.

Por ello, quiero mostrar mi admiración y agradecimiento a todas las personas que se han implicado y comprometido con la búsqueda de la verdad en el caso Bidegi, porque, aunque todos nos hemos jugado nuestro prestigio y credibilidad personal, algunos de ellos incluso han arriesgado su futuro profesional pese a las amenazas recibidas.