La tarea era complicada. Los locales acumulaban en el Pizjuán once triunfos consecutivos en la Liga. Más si en el minuto 11 se adelantan en el marcado. Fernando Llorente se ha girado en el área para enviar el balón a la red de Riesgo.
Ochenta minutos por delante y enfrente un equipo que es aún más peligroso con metros para correr. Pero el Eibar no se ha arrugado y ha seguido compitiendo, con las opciones vivas hasta el pitido final.
No ha habido acierto ante la meta rival y los números son claros para explicar la mala racha en la que está sumergido el conjunto azulgrana. Tercera derrota consecutiva, seis en los siete últimos partidos, y en el horizonte más cercano la visita el domingo a Ipurua del todopoderoso Barcelona (16.00).

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