El conjunto vasco ha aguantado bien el primer cuarto, sustentado en el acierto de Jordi Grimau, que se ha mostrado muy entonado ante el equipo que le dio en 2001 la alternativa en la élite, pero el catalán solo no podía y el Barça ha comenzado ya a mostrar el perfil de una apisonadora.

Los azulgranas casi no fallaban ninguno de sus ataques, mostraban un acierto en el tiro exterior descomunal con todos sus hombres acertados desde el perímetro y, con Abrines, Vezenkov y Satoranski en estado de gracia, comenzaron a abrir brecha en el segundo cuarto.

El Retabet.es, consciente de que este no era su partido, luchaba contra corriente para al menos paliar los efectos devastadores que dejaba en su ánimo el impecable juego de los blaugranas, con una rotación asfixiante que mantenía alto su nivel de juego.

Los vascos además volvieron a mostrar sus carencias casi endémicas en el lanzamiento de fuera, y con dos triples frente a los ocho del Barça en el descanso, competir contra los de Xavi Pascual parecía ya una tarea más que épica.

Los barceloneses, a la vuelta de vestuarios, han mantenido el rodillo ofensivo y también en defensa, sus tiradores seguían enchufados y las diferencias han superado los 20 puntos (29-49).

El local Marcus Landry ha decidido que era su momento y con ocho puntos consecutivos ha acercado a 14 puntos a los suyos, ha dado algo de vida a la grada y ha activado a un Barça que tenía que concluir su trabajo.