Iñaki IRIONDO
gasteiz

Pelea por los valiosos restos en medio de la polarización española

Más de dos millones de electores y electoras están llamados a votar hoy en Euskal Herria tras una campaña polarizada desde Madrid y en la que los mensajes de ámbito vasco han sido difíciles de colocar en el debate electoral. Según las encuestas, quedan restos por los que batallar y que podrían modificar el reparto final de los 23 escaños a repartir.

A las nueve de la mañana se abrirán hoy los colegios electorales y a las ocho de la tarde se cerrarán para dar inicio al recuento que determinará el reparto de los 23 escaños al Congreso y los 16 del Senado que están en juego en Euskal Herria. Una proporción pequeña de diputados y senadores en el conjunto del Estado, pero que de acuerdo a los bloques que vienen dibujando las encuestas, en algún caso pueden resultar determinantes.

Podemos ya ganó con nitidez las elecciones del pasado 20 de diciembre y su coalición con Izquierda Unida le asegura mejorar esos resultados, y todo parece indicar que conseguirá pasar de los 7 escaños que obtuvo, a los 9 que parece tener garantizados ahora. Unidos Podemos suma en Araba, para conseguir matemáticamente 2 diputados, y en Bizkaia para subir hasta los 3 representantes.

La cuestión es a quién afecte esa suma y los movimientos que se pueden producir con los restos en la batalla por el último escaño de cada circunscripción.

El segundo en Gipuzkoa

En las pasadas elecciones generales Podemos ganó en Gipuzkoa y obtuvo dos diputados. Segundo fue el PNV, que también consiguió dos escaños. Por detrás quedaron EH Bildu (81.257 votos) y PSOE (51.765 votos), que a pesar de la diferencia en papeletas se hicieron con un escaño cada uno.

Los sondeos más cercanos a los jeltzales, como son el elaborado por el Gobierno de Lakua y el de EiTB, mantienen este mismo reparto de posiciones y de escaños. Sin embargo, la encuesta del CIS abría la puerta a que fuera EH Bildu la que ocupara el segundo lugar en el territorio y, por tanto, consiguiera dos escaños, enviando al Congreso de los Diputados al zumaiarra Iñaki Ostolaza, junto a Marian Beitialarrangoitia.

En cuanto al Senado, se dio la circunstancia de que el pasado 20 de diciembre, los candidatos más votados no fueron los de Podemos, sino los del PNV, y a punto (menos de 500 votos) se estuvo de que el cuarto senador fuera de EH Bildu. Ahí puede darse también una interesante pugna, puesto que se ha demostrado que la ciudadanía no vota igual con la papeleta blanca y con la sepia.

El cambio en Nafarroa

Las urnas navarras del 20 de diciembre dejaron poco lugar a las dudas. La coalición UPN-PP logró dos escaños, Podemos sumó otros 2, y el quinto quedó para el PSN, lejos de las posibilidades matemáticas de EH Bildu y Geroa Bai.

Al inicio de la campaña esta situación parecía consolidada. Pero el pasado lunes el diario “El Mundo” publicó una encuesta pormenorizada por circunscripciones en la que ofrecía al PSN una previsión de voto del 13% y del 12% a EH Bildu. Esto ha provocado una importante movilización de la coalición de izquierdas, tanto en redes sociales como en otros ámbitos comunicativos, con la determinación de llevar a Bakartxo Ruiz al Congreso, como representación del electorado euskaldun y vasquista, afianzando así la mayoría del cambio en Nafarroa.

La concentración de voto que se intentó y fracasó entre partidos tendría de esta forma un refrendo a través de la voluntad de la ciudadanía que quiere reforzar el final del régimen también en otras instituciones.

Con esa misma intención se ensayó en las pasadas elecciones la candidatura Aldaketa para el Senado, que no logró superar a UPN-PP por la demostrada apatía de algunas siglas en su empuje. Lo que en el Congreso sumaba con creces, no se logró para el Senado. Ahora ha surgido a través de las redes sociales la idea de que los partidarios de Podemos, EH Bildu y Geroa Bai, unan fuerzas para el Senado. Dado que todos los candidatos están en una misma papeleta, habría que marcar la cruz en cada uno de los primeros de esos partidos, de forma que se sumarían sus votos, superarían a los de UPN-PP, y lograrían los tres escaños. Es muy difícil que lo que no se logró de forma organizada en las elecciones de diciembre, se pueda conseguir ahora a través de campañas que no circulan por los cauces institucionalizados y mayoritarios.

¿Sorpresa en Bizkaia?

La suma de Podemos e Izquierda Unida parece garantizar a la coalición la obtención de tres escaños en Bizkaia, donde se haría con la primera posición (Ya pasó en 2008 con el PSOE). Las matemáticas indican que ese tercer escaño de Unidos Podemos se le restaría al PNV, como indicaba la encuesta de Lakua.

Pero hay otros sondeos que anuncian sorpresas. El del CIS mantenía los 3 diputados del PNV y dejaba sin escaño a Patxi López. Esto supondría una debacle histórica para el PSE. El todavía presidente del Congreso lo calificó de «ridículo» en la entrevista publicada por GARA el viernes. Recuerda que el suyo no fue el último escaño hace seis meses, sino el quinto en el reparto de ocho.

Por su parte, la encuesta de EiTB apuntaba la posibilidad de que fuera el PP quien se quedara sin representación en el Congreso por Bizkaia.

Achique de espacios en Araba

Araba es el territorio vasco en el que menos diputados se eligen, cuatro. La matemática indica que la unión de Podemos e Izquierda Unida les garantiza dos de ellos. Los otros dos, según todas las encuestas, serían para PP y PNV.

Pero todo puede depender de la movilización de los electorados de las distintas opciones. En los comicios anteriores el PSE se hizo con un escaño que no le auguraba ninguno de los sondeos y EH Bildu presenta en esta ocasión a Mikel Otero, un activista bregado en las luchas sociales y ecologistas, especialmente en la campaña contra el fracking, y que aspira a recuperar terreno con respecto a diciembre.

Desde Madrid la campaña se ha polarizado de forma especial en estos comicios, pero en Euskal Herria hay otro reparto de fuerzas, de reivindicaciones y de simpatías. Las sorpresas, en cualquier territorio, pueden estar en muy pocos votos, incluso en el de quien esté leyendo estas líneas.