Así lo han explicado fuentes consultadas por Europa Press, después de que las dos propuestas formuladas –Més Catalunya y Catalans Convergents– hayan generado un fuerte rechazo entre amplios sectores, hasta el punto de que el congreso ha tenido que pararse cinco minutos para serenar los ánimos ante el mal ambiente que rezumaba el congreso fundacional.

Al margen de este punto, la jornada ha servido para certificar la defunción de la vieja Convergència antes de dar paso al nuevo partido.

El expresidente catalán Artur Mas ha señalado que la nueva formación nace con el «objetivo nuclear» de «pasar de la autonomía a la soberanía, transitar de la aspiración de un España plurinacional que el Estado español no contempla, ni desea, ni quiere, a un Estado catalán de pleno derecho como miembro de la UE».

Mas ha llamado «a hacer entre todos de Catalunya el mejor país de Europa», y ha señalado que el nuevo partido debe ser el «‘seny’ ordenador del país y viento propulsor de su libertad».

El expresidente catalán, que aspira a presidir la nueva formación, ha subrayado que esta nace con «vocación de centralidad social», con el fin de aglutinar «sectores amplios de la sociedad catalana y de sensibilidades diversas», aunque «alejado de las hiperdoctrinas y hiperideologías».

Una formación con «voluntad de gobierno» que no desea estar en «posiciones periféricas o testimoniales, sino centrales y decisorias».