Naiz

Ferreira rueda en Iruñea parte de su película ‘Thi Mai’

La directora Patricia Ferreira, una vez concluido un periodo de rodaje de seis semanas en Vietnam, ha comenzado en Iruñea la segunda fase de la producción de su película ‘Thi Mai’, una obra protagonizada por Carmen Machi, Aitana Sánchez-Gijón, Adriana Ozores y Dani Rovira.

Un momento del rodaje de la película ‘Thi Mai’, de Patricia Ferreira.
Un momento del rodaje de la película ‘Thi Mai’, de Patricia Ferreira.

‘Thi Mai’, cuyo estreno está previsto para el otoño de 2017, es una película producida por Amor En Vietnam A.I.E y coproducida por Tripictures, ES.DOCU y Atresmedia Cine.

El largometraje cuenta la historia de Carmen (Carmen Machi), una mujer que, tras perder a su hija María en un accidente, recibe una carta en la que se le comunica que a su hija se le ha concedido la adopción de una niña vietnamita llamada Thi Mai.

Carmen, junto a sus dos mejores amigas (Elvira y Rosa, interpretadas por Aitana Sánchez-Gijón y Adriana Ozores, respectivamente), viaja a Vietnam para llevar a cabo el proceso de adopción, haciéndose pasar por su hija.

En el país asiático conoce a Dan, un rígido pero noble guía vietnamita, y a Andrés (Dani Rovira), un joven actor español que se ha desplazado a Hanoi para vivir con su novio, aunque sus planes no resultan como él esperaba.

El equipo de producción lleva rodando escenas en Iruñea desde el pasado lunes día 21 y permanecerá en la ciudad hasta el 2 de diciembre.

En una jornada lluviosa en Iruñea que ha ralentizado el trabajo de filmación, se han grabado  planos en el interior de un taxi ocupado por Carmen Machi, Adriana Ozores y Aitana Sánchez-Gijón. Se trata de una de las primeras escenas de la película, que narra un momento en el que las tres amigas aún no han viajado a Vietnam.

Durante su estancia en la capital navarra, el equipo también rodará escenas en varias calles de Iruñea, en el aeropuerto, en la Biblioteca General de Nafarroa, en el Hotel Tres Reyes -donde se recrearán escenarios como una ferretería o un casino-, en la sacristía de una iglesia, en el cementerio y en casas particulares.

En el rodaje también participan figurantes contratados en un casting realizado en Iruñea, en el que se han elegido sobre todo personas de rasgos asiáticos.

El actor Dani Rovira ha comentado a los medios de comunicación que la película ‘Thi Mai’ cuenta «una historia de mujeres contada por mujeres».

El guión de la obra, ha relatado, le llegó hace más de un año y «desde el primer día» se embarcó en este proyecto, por la historia que narra y por la participación en el mismo de las tres actrices principales. «Hay que ser muy bobo para decir que no» a un proyecto como éste, ha afirmado.

Ésta es la tercera película en la que Dani Rovira coincide con Carmen Machi y la segunda en la que comparten rodaje en Nafarroa, tras la filmación de ‘Ocho apellidos vascos’.

En este «drama-comedia», ha explicado, encarna a Andrés, «uno de los personajes más entrañables que me haya podido llegar», un «bohemio y soñador» que cree que es la «salvación» de las tres protagonistas en Vietnam, pero son ellas las que resultan ser su «tabla de salvación».

Así, la película «habla de las relaciones humanas», pero no las «típicas» relaciones de pareja, aunque «la comedia situacional es lo que prima» en esta nueva película de Patricia Ferreira, en la que «las situaciones más rocambolescas» encuentran su contrapunto en la «ternura» que despiertan Carmen, Elvira y Rosa.

Rovira ha reconocido que le gustan todos los géneros: «Me siento cómodo en todo lo que me apasiona», ha subrayado el actor, que ha intervenido ante los medios en una jornada en la que también se esperaba la presencia de la directora Patricia Ferreira, que no ha comparecido pasadas tres horas desde la citación a la prensa en un hotel iruindarra.

El actor ha pasado tres semanas de rodaje en Vietnam, un periodo que ha calificado como «muy divertido», entre otras razones porque el setenta por ciento del equipo era vietnamita y se produjo un «curioso» contraste de culturas.

En el rodaje, ha resaltado, se utilizaba el español, el vietnamita y el inglés, pero en ocasiones también el catalán y el francés, en lo que parecía «una especie de torre de Babel», una situación a la que se sumó la propia ciudad de Hanoi, que es «una de las cosas más locas a las que me he enfrentado nunca».