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Michel Tubiana acusa de «mentir» al ministro francés de Interior

El presidente de honor de la Liga de los Derechos Humanos (LDH), Michel Tubiana, ha publicado en su blog en Mediapart un largo artículo en el que acusa al ministro francés de Interior de «mentir» respecto a la operación de Luhuso, al presentar como una «victoria contra ETA» lo que sabía que era una iniciativa para «neutralizar armas».  

Bruno Le Roux, ministro francés de Interior. (CHRISTOPHE ARCHAMBAULT / AFP)
Bruno Le Roux, ministro francés de Interior. (CHRISTOPHE ARCHAMBAULT / AFP)

Tubiana, quien no fue detenido en la vivienda de Luhuso porque se retrasó y la Policía llegó antes que él, remarca en su blog en Mediapart que «lejos de ser una operación victoriosa contra ETA, el Gobierno ha capturado a representantes de la sociedad civil que quería demostrar la voluntad de desarme de esa organización, y hacerla llegar a las autísticas orejas de los gobiernos francés y español».

«Lo más increíble es el aplomo con el que ha mentido el ministro francés de Interior. Bruno Le Roux sabía que mentía cuando publicó un comunicado reivindicando una ‘victoria’ contra ETA y dejando caer que yo estaba presente y por tanto detenido», denuncia.

Tubiana recalca además que, si el Gobierno sabía quienes eran los protagonistas de la iniciativa, sabían también que el objetivo era «neutralizar una primera partida del stock de armas en posesión de ETA y ponerlo posteriormente en manos de las autoridades».

Respecto al argumento de que se podían «destruir pruebas», subraya que es «falso. Nunca se ha tratado más que de neutralizar esas armas por razones de seguridad antes de enviarlas a las autoridades».   

Tubiana se pregunta «qué lleva al ministro de Interior a mentir de manera tan desvergonzada» y si «¿no estarían las fuerzas del orden mejor empleadas en otras tareas en estos tiempos de riesgo de actos, reales, de terrorismo?».  

El presidente de honor de la LDH acusa a Le Roux de «ponerse a disposición de unas autoridades españolas aún más sordas a cualquier proceso de paz».

«Los gobiernos español y francés continúan una guerra contra un enemigo que no existe, hasta el punto de transformar en enemigos, como acabamos de vivir, a quienes ofrecen su mediación», escribe más adelante.

«Nada justifica continuar un combate que mantiene antiguas miasmas y que es susceptible de hacer dudar a algunos sobre lo correcto del camino emprendido. Nada, salvo la voluntad de venganza, ligada a la absurda idea de que el autoritarismo anulará la tentación de la independencia».