El Gobierno de Lakua inicia hoy las reuniones con los grupos de la oposición dentro de la negociación presupuestaria. El Ejecutivo necesita que al menos un grupo opte por la abstención para aprobar sus cuentas. La primera cita, hoy a las doce del mediodía, es con EH Bildu, y por la tarde se reunirá con Elkarrekin Podemos.

La coalición independentista explicó ayer que su posición antes del inicio de las negociaciones es de rechazo a las cuentas que se les han presentado. Para cambiar de voto, EH Bildu exige un compromiso para hacer una reforma fiscal y, como eso no tendría efectos en el presupuesto que se está negociando, lleva también una propuesta de reordenación del gasto «para dar prioridad absoluta a las políticas sociales reforzando los servicios sociales y dando un impulso a la economía creando empleo de calidad».

Los parlamentarios Iker Casanova y Leire Pinedo anunciaron ayer que propondrán mejoras en seis ejes fundamentales: educación y sanidad, pensiones, protección social, empleo, industria y vivienda».

La coalición de izquierdas subraya que corresponde ahora al Ejecutivo de Urkullu decidir si busca un acuerdo «con la derecha española que hace recortes» o con la mayoría social y en ese segundo caso se encontraría con EH Bildu.

EH Bildu ha formado un equipo de trabajo sobre presupuestos formado, además de por Casanova y Pinedo, por Maddalen Iriarte, Miren Larrion y Unai Urruzuno. Hablarán también con sindicatos y agentes sociales, para explicar sus propuestas y recoger aportaciones

ELA pide que voten no

El sindicato ELA hizo pública ayer una valoración muy negativa de estos presupuestos que calificó de «neoliberalismo de manual». Por ello, su secretario general, Adolfo Txiki Muñoz, afirmó que «las fuerzas de izquierda EH Bildu y Podemos se tienen que negar a aprobar estos presupuestos».

ELA denuncia la falta de ingresos, fruto de una las presiones fiscales más bajas de Europa, y critica que en cuanto el consejero de Hacienda dijo algo de reformar el impuesto de sociedades, respondió la Patronal, y las diputaciones se pusieron del lado de los empresarios.