Han pasado nueve años desde Rafa Díez cedió el testigo a Ainhoa Etxaide, y ahora ella deja en manos de Garbiñe Aranburu la Secretaría General del sindicato LAB, la segunda central en la CAV y con una presencia cada vez mayor en Nafarroa y en Ipar Euskal Herria. No en vano, LAB cuenta con 40.500 afiliados, gracias a los que logra una autofinanciación del 90%.

«Tenemos las manos libres para tomar decisiones», ha destacado Etxaide ante los asistentes al IX Congreso Nacional de LAB, que ha arrancado esta mañana en el Palacio Europa de Gasteiz con el lema ‘LAB 4.0 Gure garaia’. 

Etxaide ha realizado un balance de su gestión y ha hecho hincapié en la necesidad de avanzar hacia la soberanía para impulsar los cambios sociales que necesita Euskal Herria; y ha manifestado que el actual estatus político es «insostenible».

Asimismo, ha puesto en valor la creación de la Carta de los Derechos Sociales que, a su juicio, «es un ejercico de soberanía, un instrumento, así como un ejemplo de alianzas». «La Carta de los Derechos Sociales ha sido uno de los hitos que han marcado el trabajo del sindicato en los últimos cinco años, en los que se ha activado una nueva fase de confrontación para hacer frente al bloqueo de la patronal, que se ha negado a negociar», ha señalado.

El discurso de Etxaide ha estado precedido de la intervención de Naike Díez, que ha leído una carta de su padre, Rafa Díez, encarcelado en El Dueso. En su misiva, el ex secretario general de LAB pone en valor el trabajo del sindicato y la nueva fase política abierta por la izquierda abertzale. En este sentido, señala que los trabajadores vascos necesitan confianza e ilusión para afrontar los cambios sin miedo.

Los congresistas han aprobado por unanimidad el balance presentado por Etxaide.