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CÁCERES

Una mujer de Villabona muere a manos de su marido en Cáceres

Sofía Tato, de 42 años y natural de Villabona (Gipuzkoa), falleció ayer en la localidad cacereña de Arroyo de la Luz, donde vivía con sus hijas y su marido. Este está detenido en un hospital. La anterior vasca muerta por violencia machista también falleció fuera –Rakel López, en Alcobendas (Madrid)–. Son 36 las víctimas este año en el Estado.

La violencia machista se cobró ayer una nueva víctima. Se llamaba María Sofía Tato, tenía 42 años y era natural de Villabona (Gipuzkoa), aunque residía desde hace quince años en la localidad cacereña de Arroyo de la Luz, municipio del que era oriundo su pareja y presunto verdugo, también de 42 años. Se encuentra detenido por la Guardia Civil en un hospital.

Según informaron agencias, los hechos tuvieron lugar sobre las 7.00, tras una discusión en el domicilio familiar, situado en el número 10 de la calle Escobar. La víctima, que tenía dos hijas de 9 y 12 años, falleció por heridas de arma blanca y el agresor fue trasladado al Hospital San Pedro de Alcántara, en Cáceres capital.

La muerte de Tato conmocionó a los vecinos del pueblo, que hoy tienen una cita en las puertas de la Casa Consistorial, donde se ha convocado una concentración silenciosa. Además, el Ayuntamiento, gobernado por el PSOE, decretó dos días de luto y suspendió los actos previstos para hoy con motivo de la Fiesta de la Tenca.

La alcaldesa, Isabel Morán, avanzó que mañana por la noche, aprovechando un evento institucional, tendrá lugar un acto en repulsa de este crimen machista. «No tiene compresión este tipo de violencia», remarcó la regidora, también de origen guipuzcoano, que indicó que no existían denuncias previas por maltrato.

Condenas institucionales

Las Juntas Generales de Gipuzkoa fueron una de las primeras instituciones en reaccionar a lo ocurrido. Acordaron una declaración institucional de condena, en la que muestran su «más profundo rechazo del asesinato de María Sofía Tato, víctima de la mayor expresión de violencia machista contra las mujeres».

«La violencia machista es la más grave manifestación de las injustas desigualdades existentes entre mujeres y hombres, se trata de un problema de primer nivel, derivado de relaciones de poder y cuyo objetivo es mantener el sometimiento de las mujeres», señala el texto de la Cámara foral.

Asimismo, insta a las ciudadanía a que «adopte un compromiso personal y colectivo a favor de la igualdad entre hombres y mujeres, y a que reaccione ante cualquier expresión de violencia contras las mujeres, puesto que se trata de un problema colectivo, de todos y todas, y nos corresponde la responsabilidad de hacer frente a la violencia machista».

En la misma línea se pronunció la Diputación de Gipuzkoa, que reconoció que «queda mucho por hacer» para acabar con la violencia machista. «La violencia machista es la manifestación más grave de las grandes desigualdades que persisten entre hombres y mujeres», afirmó el portavoz del Ejecutivo foral, Imanol Lasa.

Las principales instituciones extremeñas también mostraron su repulsa ante lo ocurrido, y convocaron concentraciones para este mediodía ante todos los ayuntamientos de la comunidad. «Todas las instituciones se unen al dolor de la familia y muestran su solidaridad y su firme compromiso en la lucha contra la violencia de género», apuntaron en un comunicado.

El PSOE de Extremadura, que ostenta el Gobierno de la Junta, insistió en que «estos casos de violencia contra las mujeres tienen un nombre y se llama terrorismo, y, por tanto, deberían ser tratados como lo que son, como actos terroristas contra las mujeres que también afectan a hijos e hijas menores».

La secretaria de Igualdad del PSOE extremeño, Yolanda Vegas, reclamó al Ejecutivo de Rajoy medidas legislativas tras la aprobación del Pacto de Estado contra la violencia machista. «Hay que ponerlas en marcha cuanto antes porque esto es una lacra con la que hay que acabar ya. No podemos esperar más tiempo», añadió.

Rakel y Markel, en mayo

Los datos lo ponen de manifiesto. En lo que va de año son 36 las mujeres que han perdido la vida a consecuencia de la violencia machista, y 18 los menores que han quedado huérfanos. Entre estos casos figura el de Rakel López, natural de Eibar y de 44 años, que el pasado mes de mayo fue hallada sin vida en su casa de Alcobendas junto a su hijo Markel, de 12 años, también muerto. Presentaban numerosas heridas por arma blanca.

Semanas después, dos agentes del Grupo de Atención al Ciudadano de la Policía Nacional detuvieron en Madrid a la expareja de López, Mouniz Ayad, un hombre de 37 años.

Además, este mismo mes fue detenido en Ecuador el bilbaino Héctor Menchero, acusado de matar a su expareja Paola Moromenacho. Esta abandonó hace seis años Bilbo para regresar a Ecuador tras separarse de Menchero y en la actualidad residía junto a la hija de ambos.