Ramón Sola

La incapacidad española para asumir sus violencias, de relieve en Baiona

«¿Podría una Comisión de la Verdad y la Reconciliación representar una solución adecuada para las vulneraciones de derechos humanos durante la Guerra Civil, el franquismo y el conflicto vasco?» Se ha debatido hoy, paradójicamente, fuera del Estado español, en Baiona, con voces vascas y expertos académicos.

Mesa redonda celebrada en Baiona. (Isabelle Miquelestorena / ARGAZKI PRESS)
Mesa redonda celebrada en Baiona. (Isabelle Miquelestorena / ARGAZKI PRESS)

El forense Paco Etxeberria, víctimas de diferentes violencias como Axun Lasa y Maixabel Lasa, diferentes profesores o el fiscal del Tribunal Constitucional español Manuel Miranda, entre otros muchos, han participado esta mañana en Baiona en un intento y extenso debate sobre la hipótesis de una Comisión de la Verdad y la Reconciliación en el Estado español que abordara las vulneraciones de derechos humanos de la guerra del 36, el franquismo y el posfranquismo, con referencia concreta al conflicto vasco. GARA ofrecerá mañana una amplia crónica.

En la introducción, la profesora de la Universidad de Bourgogne Sophie Baby, autora de un libro aclamado sobre la Transición española, ha desmontado «el mito» que supone el relato oficial sobre la misma. Ha explicado al auditorio, en gran parte universitarios, que ni siquiera cabe hablar de «pacto de olvido» respecto a 1936, porque ni hubo un pacto expreso (solo tácito) ni se consiguió imponer el olvido a la sociedad, como refleja el «boom» de la memoria histórica durante este siglo. Y ha añadido que en estas últimas décadas ha seguido habiendo violencia impune, sobre todo por parte estatal: Baby ha aludido a los 170 muertos por la Policía española y la Guardia Civil en el Estado y a los 4.113 casos de torturas en la CAV censados por el Instituto Vasco de Criminología.

Una primera mesa redonda ha reunido a víctimas de toda esa violencia oficial continuada. La extremeña Petri Sanabria ha detallado cómo los franquistas acabaron con sus abuelos y su tía en 1936, el oscense Carlos Escartín ha relatado las torturas sufridas en la DGS en 1975, Axun Lasa ha contado la desaparición y muerte de su hermano Joxean (junto a Joxi Zabala) en 1983 y todo el calvario posterior hasta llegar a las cargas en el aeropuerto de Hondarribia y el cementerio de Tolosa, y Maixabel Lasa ha evocado la muerte a manos de ETA de su marido Juan María Jáuregui en 2000. Cuatro historias diferentes pero en las que se ve un hilo histórico común desde 1936 hasta hoy mismo: por ejemplo, Axun Lasa ha citado los movimientos en el Estado francés hacia los presos vascos y en la sala destacaba la presencia del alcalde de Baiona y presidente de la Mancomunidad Vasca, Jean-René Etchegaray.

En la segunda mesa redonda se ha hincado el diente directamente a la pregunta de si hace falta y es viable una Comisión de la Verdad. Y ahí el debate ha estado agitado por dos voces muy relevantes. Primero ha sido el fiscal del Constitucional español Manuel Miranda quien ha instado a «ser realistas, queridos. No hay movilización civil, no hay consenso para ello en el movimiento memorialista, mucho menos hay voluntad política…» Pero para que ello fuera posible, ha dicho, sobre todo «primero tendríamos que deconstruir el mito de que la transición es módelica, ¡no es verdad! No estoy cuestionando la transición, pero fue lo que fue; lo que cuestiono es el relato».

Vehemente, el forense Paco Etxeberria ha recordado que «aquí hay militantes de ETA a cuyas madres se impidió ver el cuerpo, se cerró la tapa hasta hoy, y eso no pasa en otras partes del mundo». Ha admitido también la tristeza que le supone que el informe sobre las torturas haya sido cuestionado incluso desde partidos «que fueron perseguidos y apaleados». o desde «jueces amigos que digan que solo vale lo que está condenado… Es muy doloroso». Es consciente de que no verá una Comisión de la Verdad en el Estado español («es imposible»), pero quizás sí se puedan seguir haciendo cosas en Euskal Herria, como la «comisión microscópica» que se hizo en su día sobre el 3 de Marzo y cuyas conclusiones avalaron el Ayuntamiento de Gasteiz y la Diputación de Araba.