«Estamos abiertos a la negociación con todas las fuerzas políticas», ha aclarado Luigi di Maio, líder del M5S, el partido más votado en solitario, solo superado por la unión de derechas entre Silvio Berlusconi y la Liga Norte.

El líder del M5S ha avanzado que el debate deberá comenzar con la designación de los presidentes de las dos cámaras, que deberán ser «figuras de garantía», y después quieren negociar con otros partidos en base a temas que consideran prioritarios.

Entre estos asuntos ha citado la pobreza, la lucha contra el derroche económico de la clase política, los problemas derivados de la inmigración y la seguridad, así como los impuestos y el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas. «Estos temas tienen que ser afrontados y tenemos una oportunidad histórica para hacerlo, para cumplir cosas que los italianos esperan desde hace treinta años», ha subrayado.

«Somos una fuerza política que representa a todo el país, esto nos proyecta automáticamente hacia el Gobierno de Italia», ha defendido, incidiendo en que las dos grandes coaliciones «no tienen los números para goberna». El candidato del M5S, sucesor del fundador Beppe Grillo, ha segurado que el partido «siente la responsabilidad de dar un Gobierno a Italia» y se ha perfilado como el único capaz de hacerlo pues, en su opinión, las coaliciones de derecha e izquierda «no tienen números».

Y se ha dirigido especialmente a la comunidad internacional y a los inversores: «Nosotros esa responsabilidad la sentimos». En su opinión, y en línea con la posición política del M5S, surgido en 2009 «para retar al sistema tradicional», consideró que su éxito es «un resultado post-ideológico» para dar respuesta «a los grandes problemas de la nación».

Así, ha dicho que el M5S está «abierto a medirse con todas las fuerzas políticas» y ha confiado en que el presidente de la República, Sergio Mattarella, «sabrá dirigir esta fase con autoridad y sensibilidad, como siempre ha hecho». Mattarella tendrá la labor de encargar la formación de gobierno a quien considere que tiene más opciones de logra el respaldo parlamentario necesario, quien no tiene por qué ser necesariamente el líder del partido más votado.